Por Luisa García Pelatti

La tasa de positividad de pruebas de COVID-19 sigue subiendo y el sábado se situó en 12.4%, la más alta desde abril. El viernes se habían informado 1,201 casos diarios y 1,732 casos el día anterior, un fuerte incremento si se tiene en cuenta que a principios de este mes los casos estaban por debajo de 100.

El promedio de casos en los últimos siete días ascendió a 761 el viernes. El 12 de diciembre, el promedio era de 85 casos. La mayor parte de los casos nuevos son entre los más jóvenes: de 15 a 29 años.

Las hospitalizaciones se mantienen estables. Ayer había 60 personas hospitalizadas, 11 más que el día anterior, y siete en unidades de cuidado intensivo.

El número de fallecidos aumentó ayer a cinco. Tres de ellos no estaban vacunados. Todos los fallecidos tenían condiciones preexistentes. Es el número más alto desde el 11 de octubre. Durante varias semanas el número de decesos diarios estaba entre 0 y 1. La Coalición Científica llevó a cabo el sábado una reunión de emergencia para analizar el nuevo repunte.

“La aglomeración es en este momento es un asunto prioritario de Salud Pública. De la misma manera que la responsabilidad ciudadana exigida es crucial para controlar la pandemia, la responsabilidad gubernamental es igualmente crucial. El gobierno no previene la aglomeración mientras fomente y apruebe la celebración de actividades multitudinarias que son una formidable fuente de propagación. Todavía quedan de frente el cierre de año en el Centro de Convenciones, las Fiestas de San Sebastián y la noticia de Turismo que tienen ya todo tipo de concierto programado para el año 2022”, comentó Ibrahim Pérez, médico salubrista.

Añadió que “quien piense que exigiendo mascarilla resuelve el problema, que observe los vídeos de la juventud apiñada sin mascarilla bajo las carpas que pusieron fuera del Hiram Bithorn. Ese tipo de actividad es incontrolable; no importa las reglas que pongan ni el personal que haya presente para hacerlas cumplir. El gobierno tiene que hacer bien su parte, como ha ocurrido con la vacunación, pero tiene que reevaluar de inmediato su estrategia para detener las aglomeraciones innecesarias que se avecinan”.

El experto señala que “el tiempo dirá si el beneficio económico que se ha previsto con todas esas actividades multitudinarias habrá valido la pena, especialmente el inmenso sufrimiento que están causando y causarán a nuestra población y su costo humano y económico en hospitalizaciones, incapacidades y muertes”.

Piden medidas más restrictivas

El presidente del Colegio de Administradores de Servicios de Salud (CASS), Caleb Colón, solicitó al Gobernador Pedro Pierluisi y al secretario de Salud, Carlos Mellado, que se reduzca al 50% la capacidad de los eventos multitudinarios.

También recomienda que para participar de este tipo de actividades se exija estar vacunado y que se fortalezcan las campañas educativas para reforzar no bajar la guardia.

El CASS agrupa a más de 800 administradores de hospitales, centros de salud primaria, centros de diagnósticos y tratamientos (CDT), entre otras instituciones de salud.

“La variante de ómicron avanza a un ritmo sin precedentes. Los administradores de hospitales estamos preocupados por el hecho que las personas consideran al ómicron como síntomas leves. Esto podría generar que aumente significativamente el índice de admisiones en los hospitales”, manifestó Colón.

“A días de la celebración de la Navidad, donde muchas familias se reúnen para festejar, nos colocan en una zona de alto riesgo. Ómicron se propaga a gran velocidad y si no utilizamos medidas preventivas como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico, en conjunto con las vacunas, tendremos cientos de contagios intrafamiliares”, evidenció Rosa Castro, médico y administradora de hospitales.