Opinión

Por Luisa García Pelatti

En “Un día de cólera”, la novela de Arturo Pérez-Reverte que narra los incidentes del Dos de Mayo de 1808 en Madrid y que dio inicio a la Guerra de la Independencia Española, militares españoles enarbolan la bandera blanca para parlamentar con los franceses. En medio de la negociación, desde la tropa española se dispara un cañonazo que causa numerosas bajas entre los franceses. Horas después la situación de los españoles es desesperada y consideran rendirse. “Después de la salvajada del cañonazo con bandera blanca, ya no podemos capitular, ¿verdad?”, pregunta el capitán Pedro Velarde.

La cita la recordaba un economista al hablar sobre el Proyecto de la Cámara 1003 que el Senado no aprobó el viernes. Lo que ha hecho el Senado es disparar un cañonazo con bandera blanca, porque la Junta de Control Fiscal y la Legislatura ya habían negociado el contenido del Proyecto de la Cámara 1003, o al menos eso era lo que nos habían hecho creer.

Si había una negociación y el Senado la ha roto, la Legislatura pierde credibilidad y la capacidad para seguir negociando. Difícilmente habrá confianza por parte de la Junta en que cumplan futuros pactos.

La Junta está buscando opciones para sacar adelante el Plan de Reestructuración de la Deuda sin el Proyecto de la Cámara 1003, sin tener que negociar con la Legislatura. Ya da idea de esos próximos pasos en la moción informativa presentada el viernes, cuando reconoce que la aprobación de la medida no es esencial para emitir deuda.

Una nueva ronda de negociaciones con los acreedores podría dejar sin poder de negociación a la Legislatura tras “el cañonazo con bandera blanca”.