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Opinión

Por José G. García López*

La pobreza es un problema multidimensional que requiere ser atendido de forma integral. Por lo general, existe el convencimiento de que la pobreza está relacionada sólo con la privación o falta de recursos económicos de una población. Sin embargo, la realidad histórica nos indica que la pobreza es un problema mucho más complejo que falta de ingresos para sustentar un nivel de vida. También es ausencia o limitaciones de oportunidades de empleo, educación, salud, vivienda, acceso a servicios públicos, infraestructura, iniciativas de emprendimiento y bienestar en general.

En Puerto Rico este problema siempre se ha atendido desde la perspectiva estrictamente económica de la “política pública del mantengo” a través de los programas federales tradicionales, exceptuando el programa novel de las Comunidades Especiales. Desde los años setenta con la introducción de los cupones (ahora Programa de Asistencia Nutricional) y otros programas; hemos visto que se ha perpetuado la pobreza. Más aún se ha observado una reducción significativa en la participación laboral (García, 1989) y el desarrollo de una amplia economía informal (Burtless y Sotomayor, 2006). Cabe indicar que la tasa de participación laboral en Puerto Rico es de alrededor de el 40% en comparación con un 62% en los Estados Unidos.

¿Qué quiere decir esto?

Que menos de la mitad de la población apta para trabajar no participa activamente en el mercado laboral. Debemos apuntar que desde los años cincuenta el país no registra tasas de participación mayores a 50%. En el caso de la llamada “economía informal” o “subterránea” en la isla representa cerca de una cuarta parte de la toda la actividad económica.

Es decir, las estrategias contra la pobreza no han sido efectivas y lo que han inducido es aumentarla y crear problemas estructurales en el mercado laboral y la economía de Puerto Rico. No obstante, este enfoque de política pública por fin parece haber cambiado con la reinstalación del Crédito al Trabajo (CT) como la extensión del programa federal Earn Income Tax Credit ( EITC) en la Isla a cerca de $500,000 contribuyentes. El proyecto de ley presentado por el Senador Juan Zaragoza y firmado por el Gobernador Pedro Pierluisi; permitirá que toda familia con dos hijos pueda recibir un crédito contributivo reembolsable de hasta $5,500. El programa de CT podría representar un impacto directo de $800 millones en nuestra economía.

Evidencia empírica

Los estudios realizados en los Estados Unidos y Puerto Rico nos indican que el CT tiene un efecto positivo sobre la oferta de trabajo. Por ejemplo, los MacEwan y Hexner (2017) concluyen que la aplicación del EITC en conjunto con el Crédito Contributivo por Niño (CTC,) tendría un impacto positivo sobre la tasa de participación de la isla.  Además, señalan que estos programas federales ayudarían a reducir el grave problema de la pobreza a la vez que servirían de estímulo para la recuperación y expansión económica local. La evidencia encontrada en la isla demuestra que cuando se estableció el CT criollo en el 2006 el mismo fue reclamado por 469,268 contribuyentes; lo cual representó una inyección de $124.3 millones, según el Centro para la Nueva Economía (Marxuach, 2021).

Perspectivas futuras

Esperamos que en el mediano y largo plazo el CT, en complemento con otros programas locales y federales sean un verdadero antídoto contra la pobreza contribuyendo a romper con la cultura de la dependencia, aumentar la participación laboral y reduciendo la economía subterránea. ¡Todo esto propiciará que logremos en el futuro crear una nueva cultura productiva donde se valorice más el trabajo que el ocio! ¡Enhorabuena!

*El autor es profesor adjunto de economía en el Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico.