Ya se han recuperado 92,700 empleos de los 120,000 perdidos con la crisis del COVID-19
Por Luisa García Pelatti
El verano ha servido para impulsar la creación de empleo, que se había quedado estancada a partir del mes de febrero. El empleo asalariado no agrícola aumentó 0.4% entre junio y julio, hasta 859,500 (datos ajustados estacionalmente), 3,600 empleos más. Es el segundo mayor aumento desde enero, cuando el empleo aumentó en 10,100, y el nivel más alto de empleo desde que se declaró la pandemia.
En junio, los datos revisados indican que se crearon 5,000 empleos. El empleo había retrocedido 0.1% en mayo y se había mantenido estancado en abril.
Desde que comenzó la recuperación en mayo de 2020, la economía ha logrado restaurar 92,700 empleos, casi ocho de cada 10 de los puestos de trabajo destruidos con la crisis del COVID-19. Todavía es necesario recuperar unos 30,000 empleos para alcanzar el nivel de empleo que había antes del impacto de la pandemia.
El empleo en el sector privado aumentó hasta 661,900, 2,700 más que en el mes previo. El empleo aumentó en los sectores de Recreación y Alojamiento (1,300), Servicios Educativos y de Salud (700), Comercio, Transporte y Utilidades (500) y Manufactura (500). En el Gobierno se crearon 900 empleos.
La tasa de desempleo (ajustada estacionalmente) se situó en 8.2%, comparada con el 8.1% del mes de junio y 8.3% de julio del año pasado.
Los datos de empleo siguen viéndose afectados por la crisis del COVID-19. El número de personas que tenían un empleo, pero no están trabajando, aumentó de 26,000 en junio a 53,000 en julio, la cifra más alta desde agosto del año pasado. En mayo del año pasado había 217,000 personas en esta situación.
El efecto del COVID-19 también se observa en las personas fuera del grupo trabajador que quieren trabajar. Este grupo incluye a las personas que quieren un empleo, pero no buscaron trabajo activamente en las últimas cuatro semanas o no estaban disponibles para aceptar un trabajo, por distintas razones. El estimado de personas fuera del grupo trabajador que querían trabajar aumentó de 52,000 (no ajustado estacionalmente) en junio a 53,000 en julio.
El número de desalentados –personas desempleadas que cansadas de buscar ya no buscan empleo y ni siquiera se registran como solicitantes de beneficios de desempleo– disminuyó en julio a 23,000. Hace un año eran más del doble, unas 50,000 personas.
El año 2020 cerró con una caída de 6.4% en el empleo, la mayor en los últimos 30 años. En empleo asalariado cayó hasta 824,500, una cifra sin precedentes en los datos del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, cuya serie histórica comienza en 1990.