Por redacción de Sin Comillas

Los bancos estadounidenses se verán obligados a eliminar unos 200,000 puestos de trabajo, el 10% del total de los que trabajan en el sector, durante la próxima década para mejorar su rentabilidad, según un informe elaborado por Wells Fargo.

Los trabajos que están en peligro son los de las sucursales bancarias y los “call center”, ya que los bancos se están centrando en reducir sus extensas redes para adaptarse a las nuevas realidades de la banca pospandemia.

La competencia por parte de las tecnológicas y firmas no bancarias está reduciendo el negocio de los pagos y los préstamos, tradicionalmente dominado por la banca.

Muchas de las sucursales que se cerraron durante la pandemia probablemente seguirán así. E incluso las que permanecen abiertas tendrán menos personal, ya que las oficinas se centrarán más en proporcionar asesoramiento que en facilitar transacciones.