Por Evelyn Otero Figueroa / BizNet Media

El planteamiento sobre la necesidad de una medición que vaya más allá del crecimiento económico no es nuevo… aunque lo parezca. La Economía ha evolucionado y los economistas están hablando sobre el tema desde hace 30 años. En ello coinciden los economistas José Joaquín (“Joaco”) Villamil y Juan Lara, quienes también ponen el acento en que las estadísticas -en sí mismas- guardan usualmente distancias abismales con los estados de bienestar social y/o de felicidad.

BizNet Media recogió recientemente múltiples expresiones de ambos expertos, durante el foro “Nuestro paradigma económico: más allá de los números”, organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Sustentable, Escuela de Asuntos Ambientales en la Universidad Metropolitana (UMET, http://www.suagm.edu/umet/pdf/cedes/cedes.pdf).

En sus alocuciones, los analistas mencionaron como precursor a Simon Kuznets, un economista ruso-estadounidense, galardonado con el PremioNobel de Economía –en 1971– por sus ideas macroeconómicas y aportaciones al estudio del crecimiento económico. Fue también el “padre” del sistema norteamericano unificado de contabilidad nacional. En 1962 declaró ante el Congreso de Estados Unidos: “Hay que tener en cuenta las diferencias entre cantidad y calidad del crecimiento, entre sus costos y sus beneficios, y entre el corto plazo y el largo. […] Los objetivos de ‘más’ crecimiento deberían especificar de qué y para qué”.

Villamil, presidente de la Asociación de Economistas, expuso que “en los setenta –después del estudio del Club de Roma– el énfasis se puso mucho en que el problema era que la población estaba creciendo muy rápido en los países subdesarrollados y que por eso había que establecer límites al crecimiento. Los medios de comunicación en Occidente interpretaron los resultados del Club de Roma como que el problema era el crecimiento poblacional en los países en vías de desarrollo”.

El economista explicó que “lo que hizo entonces la Fundación Bariloche fue reunir a un importante grupo de intelectuales para desarrollar un modelo que, finalmente, reflejó que si se redistribuía mejor el ingreso de los países más ricos a los subdesarrollados el problema no era ni remotamente tan serio” como la interpretación resultante del estudio del Club de Roma. El resultado de los límites al crecimiento no se sostiene si hay una mejor distribución de los recursos, expuso Villamil. Y abundó en que lo importante del resultado del Modelo Bariloche es que resalta cómo se trata la dimensión social, algo directamente relacionado con el problema del medio ambiente y la utilización de los recursos; el desarrollo tiene que ser social, económica y ambientalmente sustentable.

Aunque Lara afirma que “prácticamente todos los libros de texto de Economía indican que el PIB (Producto Interno Bruto) no es una medida de bienestar”, reconoce que “no se está haciendo una medición correcta de las cosas buenas en el mundo; tampoco de las malas. Las estadísticas no están hechas para hablar de felicidad. No tenemos un sistema de medición para aquilatar el sistema de bienestar de la gente”.

Este economista va incluso más allá cuando expresa que “la realidad es que toda la contabilidad económica está centrada en la idea del crecimiento… un problema conceptual profundo”. De hecho –y jocosamente– Lara presume que, para imaginar “un sistema de contabilidad nacional sin crecimiento, tendría que irme a pensar sobre ello por seis meses”. También sostuvo que todo el aparato gubernamental está tan enfocado en el crecimiento “que hablarles de otra cosa no haría caso alguno”.

Sin embargo, destacó que –aunque es un tema que le compete al ámbito político y no solo a los economistas– “hay formas de incorporar el tema al juego político”. La primera es “para educar y crear conciencia”, algo que describió como “más inofensivo”. Luego, en otra etapa, se debe “influenciar la política pública, que hagan caso”. Una tercera etapa sería “promover reformas…” y reconoció que “Puerto Rico está bien lejos de ahí”; luego entraríamos en la etapa de “los cambios en el sistema”.

De la cantidad a la calidad…

El crecimiento es de índole cuantitativa, meramente aumentar de tamaño. Sin embargo, el desarrollo es cualitativo: una “evolución progresiva de una economía hacia mejores niveles de vida”, según el Diccionario de la Lengua Española (Real Academia Española). En CEDES distinguen entre la “expansión o realización de potencialidades, llevar a un estado más completo o mejor del anterior (aumento cualitativo = sustentable = uso eficiente e inteligente de los recursos)” a meramente “aumentar en tamaño a través del acrecentamiento de materia o materiales (aumento cuantitativo = no sustentable = sobre recursos finitos)”.

María Juncos Gautier, directora  del CEDES, comentó a BizNet Media que éste es “el primer acercamiento al tema en Puerto Rico; realmente estamos empezando, por lo que todavía hay mucho trabajo por hacer para adelantar el tema”. CEDES y La Chiwinha, la única tienda de comercio justo en Puerto Rico, auspiciaron un ciclo de documentales sobre este particular, durante tres meses previos al foro. Los planteamiento de CEDES: “De todos modos, ¿para qué es la economía?; ¿Cuál debe ser su función en la sociedad?; ¿Cuáles serían los indicadores socioeconómicos más sensatos para asegurar el genuino progreso de la humanidad?”… siguen en busca de respuestas.

En el foro de referencia participaron también el arquitecto y planificador Jorge Carbonell, el economista Alejandro Silva (presidente entrante de la Asociación de Economistas) y el psicólogo social comunitario Nelson Reyes.