Por redacción de Sin Comillas

El Centro para una Nueva Economía (CNE) aboga por un subsidio o asistencia directa para los inquilinos de $455 millones al año para mitigar los efectos que la pandemia tiene sobre la capacidad de pagar el alquiler entre los inquilinos de bajos ingresos. Tras dos meses del cierre parcial de la economía para contener la transmisión del nuevo coronavirus, a muchos inquilinos de bajos ingresos les es difícil pagar la renta.

“Es importante tomar en consideración cómo se debe implementar un programa de asistencia para los que alquilan porque una estructura muy burocrática o un programa creado ‘desde cero’ puede fracasar en el objetivo de asistir a los inquilinos de manera expedita. Un buen ejemplo de esto en Puerto Rico es el desembolso lento y errático de los cheques federales de estímulo económico como parte de la Ley federal CARES”, señalan Raúl Santiago-Bartolomei, investigador asociado, y Deepak Lamba-Nieves, director de investigación del CNE.

Debido a estas dificultades, existe un consenso entre expertos y activistas de que la mejor manera de implementar un programa de asistencia durante la pandemia es a través de la expansión del programa de vales para la elección de vivienda. Este programa, conocido comúnmente como Sección 8, consiste en un subsidio para la vivienda de alquiler que administra el Departamento federal de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, por sus siglas en inglés).

El programa provee vales para familias de bajos ingresos (aquellas que obtienen menos del 50% de la mediana de ingreso del área, o AMI, por sus siglas en inglés) con los que subsidiar alquileres en el libre mercado. Según las reglas del programa, los hogares que cualifican pagan hasta un 30% de su ingreso mensual en alquiler y el gobierno federal cubre el resto.