Por Edwin R. Ríos*
Los créditos contributivos son una de las herramientas de política fiscal que utilizan los países para promover ciertos objetivos de política pública. Tales como, incentivar la inversión en ciertas actividades económicas, promover el empleo y proteger la industria local, entre otros. El sistema tributario de Puerto Rico tiene diversos y variados créditos contributivos. Por ejemplo, hay créditos para actividades agrícolas, manufactura, construcción, turismo, cine y hasta por donativos para el patronato de Santa Catalina y del Capitolio. entre muchos otros. En el más reciente informe de Hacienda sobre el gasto tributario se identificaron un total de 91 créditos contributivos que están disponibles y se pueden reclamar en los diferentes regímenes de impuestos sobre los ingresos y el consumo.
Los créditos contributivos son un gasto tributario, es decir son ingresos que el fisco deja de recibir a cambio de promover que se llevan a cabo ciertas actividades económicas. Ahora bien, a diferencia de otros gastos tributarios, como los son las exenciones, exclusiones y deducciones, el costo fiscal de los créditos es directo. Es decir, dólar por dólar y son reclamados tanto por individuos como por corporaciones. También se pueden arrastrar a años futuros y vender.
En las últimas décadas se creó cierta adicción de política fiscal de conceder créditos contributivos como la solución a los problemas económicos de los diversos sectores. De hecho, anualmente el Gobierno otorga cientos de millones de dólares en créditos contributivos. En un periodo de 8 años se reclamaron alrededor de $1,976 millones en créditos contributivos.
Uno de los factores que contribuyó a la crisis fiscal fuel el descontrol en la otorgación de créditos contributivos y la falta de contabilidad de estos en los presupuestos. La Junta de Supervisión Fiscal desde sus inicios anda detrás de poner controles a la concesión de los créditos contributivos. Esa es una de las razones de porque en las proyecciones financieras del Plan Fiscal Certificado se incluyó por primera vez los ingresos brutos del gobierno para así estimar el potencial de ingresos sin el pago de los incentivos contributivos. De igual forma la Junta le reclama al gobierno que adopte como política de transparencia fiscal limitar los créditos alrededor de $247 millones anuales basado en la experiencia de años previos.
En días recientes ha trascendido información sobre los créditos contributivos en la industria fílmica en Puerto Rico. De hecho, en muchos de los estados, con los cuales competimos, los créditos al cine han sido ejes de controversias, legales, políticas y económicas sobre la efectividad de estos. En un análisis del Tax Foundation del 2011 se presenta un resume de los debates y polémicas por cada estado. Tanto académicos como políticos se cuestionan si los beneficios económicos justifican el gasto público. Es por que los programas de incentivos en ciertos estados han sido modificados, suspendidos o eliminados.
Los recursos del estado son limitados y existe una gran diversidad de prioridades económicas con distintos costos de oportunidad. El éxito de la política de créditos contributivos debe estar guiada por criterios de rendimiento económico a tenor con las necesidades del país. El retorno de la inversión fiscal debe ser mayor que el costo de los créditos. Es de suma importancia que el efecto incida en la mayor cantidad de sectores de la economía. La asignación tiene que ser transparente y la evaluación continua. En época de crisis urge definir el monto de los créditos y los sectores a incentivar.
- El autor es economista y ex Secretario Auxiliar de Asuntos Económicos del Departamento de Hacienda