Por redacción de Sin Comillas 

Las pérdidas en los supermercados producidas por ineficiencia y negligencia en el manejo de inventario y robo por parte de empleados y clientes, representan un 2.13% de las ventas. Esto equivale a una pérdida estimada de $116 millones para el sector de alimentos al detal.  El robo por parte de empleados y de clientes representa un 30% de las pérdidas.

Los artículos más susceptibles de robo en los comercios de alimentos son los licores, café, desodorantes, mariscos y quesos, según el estudio “Retrato de la Industria de Alimentos”, comisionado por MIDA a la firma Aquino, De Córdova, Alfaro & Co. y cuya más reciente versión se presentará en el mes de junio, durante la convención anual de MIDA. 

“El hurto de mercancía en las tiendas representan pérdida económica para el empresario. Pero también conlleva pérdidas para el erario y la economía en general.  Pierde Hacienda por el IVU/IVA que se deja de generar, más el costo de manejar un inventario que nunca llegó al consumidor y pierde el consumidor porque esa pérdida está en el precio de los artículos.  En fin, perdemos todos”, afirmó Manuel Reyes Alfonso, vicepresidente ejecutivo de MIDA.

“Los márgenes de ganancia de los detallistas son mínimos. Por lo tanto, cualquier pérdida puede impactar drásticamente las finanzas de una empresa”, aseguró Reyes Alfonso. Los datos revelados por el estudio estiman que la venta promedio  por cliente equivale a $25.66.  De estos, solo 23 centavos por cliente representan la ganancia neta para el comercio. 

Algunas de las estrategias utilizadas para evitar los hurtos incluyen la contratación de seguridad privada y mover los productos más vulnerables al área de servicio al cliente o frente a las cajas registradoras. 

“Es importante prevenir el robo, pero debemos evitar penalizar al consumidor y desalentar la venta, pues la pérdida económica puede ser mayor.  La solución no debe ser afectar la experiencia de compra del cliente porque ello afectará las ventas”, recalcó Luis Jiménez Jiménez, gerente de manejo de categoría de CC1, quienes representan marcas de café como Yaucono, Crema, Rico y Alto Grande,. 

Un análisis realizado por CC1 indica que la tendencia de los supermercados a guardar los productos bajo llave o en áreas inaccesibles representa mayor pérdida que el robo en sí.  Por ello, Jiménez recomendó un balance en la implementación de medidas preventivas entre los intereses de los detallistas y los manufactureros, y la experiencia de compra del consumidor.

“Cuando la balanza se inclina demasiado hacia proteger el inventario y las ganancias, el consumidor puede decidir no esperar a que un empleado traiga la llave y se lleva su dinero a otro establecimiento. Esto reduce la venta en cerca de un 20% que equivale a una pérdida de cerca de un millón de dólares”, señaló Jiménez.

Para Reyes Alfonso, el que el gobierno tome acción creando leyes que concedan mayores garras a las autoridades para actuar con los que violan la ley y más protección a los comerciantes, es fundamental.  Sin embargo, en lo que esto ocurre, los comerciantes pueden tomar una serie de medidas internas para reducir los incidentes y con ello, las pérdidas. 

Finalmente, los comerciantes indicaron que la mayoría de los supermercados están listos para la entrada en vigor definitiva de la ley que prohíbe las bolsas plásticas desechables a partir del mes de junio.  Esta preparación incluye medidas para minimizar el potencial de hurto cuando el consumidor entra al establecimiento con sus propias bolsas.  Reyes Alfonso aclaró que el Tribunal Supremo ha validado la práctica de pedir los recibos de compra en la salida de los establecimientos como mecanismo para salvaguardar su mercancía de apropiaciones ilegales, pero que al igual que otras medidas discutidas, los detallistas deben evitar afectar la experiencia de compra o infringir en otros derechos del consumidor. Mencionó que en este momento la Cámara de Representantes está considerando el PC 725 que, entre otras cosas, busca posponer nuevamente la entrada en vigor de esta ley, lo cual MIDA no favorece.  “La industria ya ha invertido demasiado en prepararse para este momento.  Sólo necesitamos algunas enmiendas a las leyes para atender asuntos como el hurto”.