El Gobierno invertirá $118 millones en terminar la Ruta 66. El objetivo es reducir el tiempo de viaje entre el área metropolitana de San Juan y los municipios del área este y facilitar la conexión entre el aeropuerto y los hoteles de la región. La carretera era uno de los proyectos que el Gobierno tenía planes de financiar con Alianzas Público-Privadas, pero desistió a principios de año al darse cuenta de que con ello se retrasaría demasiado la construcción.

Esta segunda fase de la Ruta 66 discurre paralela a la PR-3, comenzando en el municipio de Canóvanas y finaliza en el municipio de Río Grande. El proyecto discurre al sur del Outlet Mall, en Canóvanas, hasta la intersección de la PR-3, PR-187 y PR-956 en Río Grande.  Además, este tramo de casi 5 kilómetros consistirá de dos carriles en cada dirección, ocho puentes sobre ríos, quebradas y carreteras existentes, una estación de peaje electrónico y control de acceso total lo que significa que no tendrá salidas intermedias con excepción de la intersección final en la PR-3.

Los segmentos de los extremos que actualmente se encuentran en construcción tienen un costo adicional de $44 millones. La construcción de esta segunda fase está dividida en 8 paquetes de subasta y todos estarán en construcción para agosto de este año. El primer proyecto del tramo intermedio ya comenzó a un costo de casi $10 millones. El segundo proyecto comenzará el mes próximo a un costo de $10.4 millones. El tercer tramo se subasta este próximo viernes, hasta completar los 8 paquetes y tenerlos todos en construcción al mismo tiempo.

En horas pico la nueva Ruta reducirá entre 30 y 40 minutos el tiempo que toma trasladarse entre Canóvanas y Río Grande.

El Gobierno explicó que la mitigación ambiental del proyecto se hace a través de un acuerdo de colaboración de $1.2 millones entre el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) y el Departamento de Recursos Naturales (DRNA). Con ello se pretende hacer la mitigación de humedales y sembrar sobre 10,000 árboles en la finca San Miguel en Luquillo propiedad del DRNA dentro de la Gran Reserva del Noroeste.