Wall Street se hundió este miércoles en terreno negativo en la recta final de la jornada y el Dow Jones, su principal indicador, acabó con una caída del 4.62% en una sesión volátil en la que destacó el arrastre del sector financiero y el temor a la recesión. Las acciones locales registraron descenso de entre 7% y 10%. 

El Dow terminó en 10,719,94 unidades, con lo que volvió a perder la barrera de los 11,000 puntos que había reconquistado la sesión del martes. Por su parte el S&P 500 bajó el 4.42% (-51,77 puntos) hasta las 1,120.76 unidades, al tiempo que el Nasdaq perdió el 4.09% (-101.47 puntos) para terminar en 2,381.05.

Los títulos de  First BanCorp (NYSE:FBP) cayeron 10.86%, hasta $3.53. Los de Popular, Inc. (NASDAQ:BPOP) retorcedieron 8.48% hasta $2.05. Las acciones de  Oriental Financial Group (NYSE:OFG) finalizaron la sesión con una disminución de 8.22%, en $10.o5. Triple S Management (NYSE:GST) registró un descenso de 7.76% en sus acciones, hasta $16.16; y os títulos de Doral Financial Corp. (NYSE:DRL) bajaron 7.38%, hasta $1.38.

¿Por qué cae la bolsa?

La inmensa volatilidad del parqué neoyorquino responde en parte a las renovadas dudas sobre la fortaleza de la recuperación económica estadounidense, sobre todo después de que el martes la Reserva Federal de EE.UU. anunciase que mantendrá al menos hasta 2013 los tipos de interés por debajo del 0,25% tras ver un crecimiento en este país “considerablemente más lento de lo esperado”.

Influyeron además sobre los números rojos de la jornada los infundados rumores sobre una rebaja de la calificación de la deuda de Francia, que se unieron para que finalmente las principales plazas europeas registrasen de nuevo fuertes caídas: Milán se desplomó 6.65%, Madrid 5.49%, París 5.45% y Fráncfort 5.13%.

Ante la volatilidad y la huida de los operadores del mercado de valores, el oro encadenó su tercer récord histórico consecutivo al cerrar en $1,784.3 la onza un día en el que incluso llegó a superar los $1,800.

En otros mercados, el petróleo subió el 4.53% hasta $82.89 por barril, el dólar ganaba terreno frente a otras monedas como el euro (que se cambiaba por $1,4188) y la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a 10 años bajaba al 2.11%.