Por redacción de Sin Comillas
“Si no se resuelve rápido, si no hay alguna voz fuera del gobierno y fueran de la Junta (que los defina) podemos acabar con una definición de servicios esenciales muy pobre”, señaló Sergio Marxuach, director de política pública del Centro para una Nueva Economía. “¿Cuál es el Puerto Rico que vamos a tener en el 2025? La definición de servicios esenciales es muy importante”.
El comentario fue parte de la conversación tras la presentación del Diccionario de la Deuda en Espacios Abiertos, que estuvo a cargo de María Enchautegui y que contó con la participación de Deepak Lamba Nieves, director de Investigación del Centro para una Nueva Economía.
En Detroit, servicios esenciales eran todo lo que no se podía privatizar. “Por eso tenemos que definir los servicios esenciales. El producto final del Título III es un plan de ajuste que se va a evaluar en un tribunal basado en dos criterios: razonabilidad y factibilidad. Si este plan le va a permitir al gobierno seguir proveyendo los servicios esenciales, es importante tener ese termino bien definido”, apunta Marxuach, y alertó sobre el intento de la Legislatura de clasificar como un servicio esencial el pago de la deuda que se va a canjear en el Banco Gubernamental de Fomento (BGF).
“La narrativa en Detroit y Grecia fue que esto ocurre porque no se saben gobernar. Se intenta presentar una visión polarizante de la crisis”. El diccionario de la deuda viene a hacer una contra narrativa, buscando integrar a la conversación a otros interlocutores hablando de la deuda con términos más precisos.
Austeridad y privatización son dos palabras comunes en las crisis de Detroit y Grecia. “Austeridad, esa es la herramienta principal en todos los lugares que ha habido una crisis de deuda”, señala Lamba Nieves, pero “si se recortan gastos, se entra en la trampa de la austeridad, se contrae la economía”.
La crisis va a obligar al gobierno a invertir recursos que se podrían haber dedicado a educación o a salud. “Estamos invirtiendo una millonada en una Junta de Control Fiscal que nadie eligió”.
“La crisis requiere de especialistas en quiebras y de abogados de valen mucho dinero. Nos vamos a enfrentar a los mejores abogados que el dinero puede comprar. Hay mercaderes de crisis en todos los lugares”. Y algunos se mueven de una crisis a otra. Por lo pronto, la persona que redactó el informe de la reestructuración de la deuda de Detroit, Martha Kopacz, acaba de ser contratada por la Junta de Control Fiscal como asesora financiera.
A diferencia de Detroit, que contaba con un fuerte compromiso y participación de organizaciones comunitarias, en Puerto Rico no se ha observado una participación para hacer frente a las decisiones de la Junta que se consideren injustas. ¿Qué falta para que la gente reaccione y diga basta?, se cuestiona Lamba Nieves. Están los tribunales, dice, pero no deben ser los únicos lugares. “Más que lanzarnos a la calle, nos debemos estar educando”, encontrar una contra narrativa efectiva. Una forma de protesta, según Lamba Nieves, es la emigración, es la válvula de escape. En Detroit, las fundaciones apoyaron a las comunidades. Ese elemento filantrópico no parece estar en Puerto Rico.
Sobre el tema de la privatización, Lamba Nieves señala que hay que saber quién pierde y quién gana en el proceso. Dice que hay que analizar con detalle el tema, pero tiene claro que no se debe privatizar la red de transmisión de energía eléctrica, porque es un bien público. Pero el mayor error, es intentar desmantela la Universidad de Puerto Rico. “La estamos destruyendo a través de recortes masivos”.