Por Luisa García Pelatti

Doce años de recesión económica, crisis fiscal, crisis de deuda pública, dos huracanes devastadores y crisis de liquidez. Y por si fuera poco, llega la reforma contributiva de Estados Unidos. Todo esto se ha unido para crear una tormenta perfecta en la economía de Puerto Rico en este 2017 que ya se marcha.

“Parece que Puerto Rico puede haber perdido su ventaja fiscal con las nuevas disposiciones fiscales sobre las CFC (Controlled Foreign Corporation). Por lo tanto, ¿qué hará que los inversionistas y los banqueros arriesguen su dinero en negocios en Puerto Rico?”, señala Heidie Calero, presidenta de H. Calero Consulting Group, en “Economic Pulse”, una de las publicaciones de la firma.

A pesar del difícil panorama económico que le espera a la Isla, Calero mantiene su apuesta por Puerto Rico.  “Puerto Rico tiene activos tangibles e intangibles que muchos países de América Latina matarían por tener. Tal vez, la reforma fiscal de Estados Unidos sea contraproducente e incentive que se vayan empleos y que se produzca una transferencia de ingresos fiscales de Estados Unidos a otros países. Si eso ocurre, Puerto Rico tiene una oportunidad”, opina Calero.

Pero es urgente reconstruir la infraestructura y tener una estrategia para mejorar su atractivo para la inversión. “Puerto Rico solo tiene un modelo económico: atraer inversiones masivas para su infraestructura e incentivar las exportaciones de mercancías y servicios”. Un año nuevo es un buen momento para empezar.