RafaelBlanco_098-e1348825429172-300x242

Por Luisa García Pelatti

Los bancos han podido generar ingresos positivos en una economía que no crece. La clave ha estado en ir mejorando la calidad de los activos. Pero, “una segunda ronda de impagos que requieran aumentar reservas y pase a fallidos puede ser un golpe mortal al negocio bancario”, advierte Rafael Blanco, Comisionado de Instituciones Financieras.

Hasta ahora los bancos han mantenido ingresos positivos durante los últimos cinco años. Los mejores resultados fueron los del 2014, con $533.6 millones. Este año ha empezado muy bien para los bancos, que han obtenido $108.6 millones de ingreso neto en el primer trimestre del año.

Según explica el Comisionado, los buenos resultados se han conseguido a base de “contención/reducción de gastos mediante cierre de sucursales y sustituyendo éstas por desarrollo de plataformas digitales. Esto conlleva fuerte inversión en tecnología y prevención de ciber ataques y fraude electrónico”, explica.

“También al disponer de activos tóxicos mediante venta o recobros han logrado reducir cargos a fallidos (pérdidas en préstamos o “charge-offs”). Han logrado, aunque levemente, mejorar la calidad de sus activos y han reducido niveles en préstamos que no acumulan intereses (“non-accrual)”, añade.

Sin embargo,  el reto es “lograr retener la masa crítica necesaria para cubrir gastos en una economía atorada como la nuestra. Una segunda ronda de impagos que requieran aumentar reservas y pase a fallidos puede ser un golpe mortal al negocio bancario”.

Blanco considera “improbable que, dada la incertidumbre de nuestra situación fiscal y de deuda gubernamental, que puede a su vez cambiar las reglas contributivas, se logre pronto una mejoría o un punto de inflexión que encamine a nuestra economía en una ruta positiva”.

Uno de los aspectos que más preocupa a los bancos es la morosidad tanto de los préstamos para la adquisición de autos (que está en 10.48%, aunque llegó a rozar una tasa de morosidad del 12% en el 2014), como la de hipotecas residenciales (en torno al 13%). Aunque las tasas de morosidad en esas dos carteras han bajado levemente, sigue siendo altas y son objeto de preocupación ya que, “mientras la economía siga atascada, no existe razón que nos lleve a pensar que la morosidad mejore significativamente”.

Hoy hay unas 19,300 unidades residenciales en proceso de ejecución y en los primeros cuatro meses del año se han ejecutado unas 1,500 unidades, 230 viviendas más que en los primeros cuatro meses del 2015. “Estos datos apuntan a un nuevo récord para 2016 en ejecuciones, sobrepasando las 4,600 unidades”,  indica Blanco.

¿Qué se espera que pase si, como anticipan los analistas, la Reserva Federal sube las tasas de interés y la economía sigue en negativo? “Un alza en las tasas de intereses en una economía como la nuestra actual sería fatal; no solo porque afectaría la capacidad de pago de empresas que tienen préstamos atados a tasas variables sino que afectaría la originación de nuevos préstamos, principalmente los hipotecarios residenciales que constituyen el 40% de la cartera de préstamos de la banca comercial”, advierte el Comisionado.