Las estudiantes son las más afectadas

Por redacción de Sin Comillas

Dos de cada 10 (20.2%) de las estudiantes de las escuelas secundarias sufren acoso escolar. El acosos escolar que sufre las estudiantes es mayor que el de sus compañeros varones (13.6%). Los datos son parte de los resultados del informe titulado “Perfil de Salud y Seguridad del Estudiante en Puerto Rico: Años 2015-2017”, publicado por el Instituto de Estadísticas.

El documento incluye estadísticas sobre el acoso escolar, acoso electrónico, comportamiento violento, comportamiento sexual, uso de drogas y sobre los hábitos alimentarios de los estudiantes de escuela superior en escuelas públicas.  Por otro lado, el informe incluye también estadísticas sobre incidentes delictivos en las instituciones postsecundarias públicas y privadas.  Los datos fueron obtenidos de bases de datos secundarias como lo son el Youth Risk Behavior Surveillance System (YRBSS) y el Campus Safety and Security Data (CSSD).

Los datos demuestran un aumento en la prevalencia de acoso electrónico, que sufre el 13.2% de los estudiantes en el año 2017. El acoso electrónico fue mayor para las estudiantes (17.0%) frente al 9.0% de los estudiantes.

A continuación algunos de los resultados del estudio:

  • El 45% de las estudiantes se sintieron tristes o desesperanzados, un aumento con relación al año 2015.
  • El 41.5% de los estudiantes en duodécimo grado afirmaron haber tenido relaciones sexuales en algún momento en sus vidas y un 33.4% informaron estar activos sexualmente.
  • El 13.7% de los estudiantes de escuela superior, en el sector público, intentaron suicidarse en una o más ocasiones.
  • La cantidad de estudiantes que consideraron seriamente suicidarse aumentó de 12.3% en el año 2015 a 17.1% en el año 2017.
  • Un 8.9% fuman cigarrillos o cigarros, un porcentaje mayor que en el 2015.
  • La prevalencia de consumo de marihuana aumentó de 6.0% en el año 2015 a 7.9% en el año 2017.
  • En el 2015, el 21.2% de los estudiantes afirmaron consumir alcohol, mientras que para el año 2017 este porcentaje aumentó a 23.8%.
  • Casi el 60% de los estudiantes indicaron que no desayunan todos los días.
  • La prevalencia de estudiantes que no consumen frutas o toman jugos 100% de frutas aumentó de 10.2% en el año 2015 a 14.3% en el año 2017.
  • Por su parte, la prevalencia de estudiantes que no consumen vegetales aumentó de 15.5% en el año 2015 a 16.5% en el año 2017.
  • Prácticamente el 80% de los estudiantes consumen bebidas carbonatadas o refrescos azucarados.
  • El 79.5% de los estudiantes no estuvo físicamente activo.
  • El 33.6% de los estudiantes de escuela superior jugó videojuegos tres o más horas por día.
  • La prevalencia de obesidad en los estudiantes aumentó de 10.7% en el año 2015 a 11.2% en el año 2017.
  • Entre las ofensas criminales más frecuentes a estudiantes, dentro de instituciones o recintos postsecundarios, se encuentran los robos, asaltos y robos de vehículos de motor.
  • Las ofensas criminales más frecuentes a estudiantes, fuera de instituciones o recintos postsecundarios, fueron los robos de vehículos de motor y los asaltos agravados.

“Para que el proceso educativo sea efectivo, es imprescindible que ocurra dentro de un ambiente seguro, libre de intimidaciones o de riesgos explícitos o implícitos.  De igual forma, un estudiante que no está física o mentalmente saludable tendrá mayor dificultad en cumplir con las exigencias académicas.  Conocer este perfil del estudiante nos brinda la información necesaria, para tomar las acciones pertinentes, hacia un ambiente educativo que propicie el aprendizaje y para promover un estilo de vida saludable en nuestros estudiantes”, señaló el Dr. Orville M. Disdier, autor principal del informe y Director Ejecutivo Interino del Instituto de Estadísticas.

Por su parte, Dharma R. Rodríguez, coautora del informe y participante del Programa de Internado del Instituto, agregó que “el perfil de salud y seguridad nos alerta a cerca de la necesidad de repensar las medidas o políticas públicas establecidas para trabajar la seguridad y salud (física y mental) de los estudiantes. Por tanto, hay una clara urgencia de brindar más herramientas y recursos a los profesionales responsables de lograr la mejoría que los estudiantes merecen”.