Si 2010 fue el año de la consolidación y 2011 ha sido el año de la estabilización, 2012 será el año del saneamiento. Así lo ve Alfredo Padilla, Comisionado de Instituciones Financieras, que opina que la estabilización de las carteras de los bancos tomará dos años. El Comisionado concedió una entrevista a SIN COMILLAS el día antes de que se conociera su retiro de una posición que ha ocupado durante nueve años. Padilla hizo un balance del 2011 –qué se ha logrado y qué queda pendiente– y prevé que en el 2012 los bancos seguirán luchando por mejorar la calidad del crédito y esperando que llegue la tan ansiada recuperación económica.

El 2011 ha sido el año de la estabilización. First BanCorp logró completar su infusión de capital y los tres bancos que compraron las carteras de las tres instituciones financieras que colapsaron en el 2010 lograron acoplar las nuevas carteras a las existentes, “después del trauma inicial”. “Están manejando las carteras con mucha más agilidad”, dice el regulador.

“El sistema está empezando a reflejar ganancias, hay signos positivos. La cartera de préstamos comerciales está empezando a dar un repunte, que también es positivo. En ese contexto veo que hay una estabilización”.

“Las pérdidas cuando están ahí y hay que tomarlas”

Uno de los grandes retos sigue siendo el tema de la alta cantidad préstamos no productivos que arrastra el sistema. “Y eso es preocupante. En mi opinión, sin ningún análisis, por la experiencia, tomará dos años, por lo menos, estabilizar esos ‘balance sheet’ a niveles adecuados”.

Padilla señala que, a diferencia de lo que ocurre en muchos estados de Estados Unidos, donde los sistemas bancarios ya han ido salido de los problemas de los prestamos no productivos; “nosotros aun tenemos una cuantía que excede por mucho la mediana de Estados Unidos y hay un factor que a nosotros nos carga mucho”.  Ese tema que es las carteras de préstamos hipotecarios residenciales. “Todavía tenemos ese problema”. Aunque se puede argumentar que el potencial de pérdidas en estas carteras es reducido, el Comisionado explica que el problema tiene una dimensión social en el área de mitigación de pérdidas.

También hay problemas en las carteras de préstamos comerciales con garantía hipotecaria, donde la cuantía de préstamos en problemas “no son aceptables. Así que nos queda un tiempo de reconocer las pérdidas inherentes en esos ‘portfolios’ con las provisiones y reservas adecuadas, para entonces poder tener el sistema que queremos tener”.

Los bancos han empezado a mostrar resultados positivos este año, pero el problema de los préstamos malos sigue incidiendo en las ganancias porque hay que seguir reconociendo las provisiones para pérdidas, lo que merma las ganancias. Es un circulo vicioso. ¿Cómo lo rompes?  Depende de que se reactive la economía y de que la gente empiece a refinanciar. Pero también tiene un componente de pérdidas que están ahí y que en algún momento hay que reconocer. Mi posición siempre ha ido que las pérdidas cuando están ahí hay que tomarlas”.

Los datos muestran que la reducción en la cartera de préstamos problemáticos ha sido menor a la disminución en las provisiones para pérdidas. “A nivel de industria ese ha sido su comportamiento. Se entiende que las pérdidas ya han sido identificadas y reservadas muchas de ellas, por lo tanto la necesidad de provisiones especiales se normalizan. El problema estriba en hasta dónde sigues arrastrando esa masa crítica grande que te consume tanto recurso, tanta energía. Y si decides vender parte de esos ‘portfolios’ hay que ver si tienes las reservas, porque no es lo mismo las reservas que necesitas para mantener y cobrar que las que necesitas si vas a vender. Obviamente, los valores son distintos”.

Cuál es la solución

“No hay una solución única. Hay que seguir con la venta de ‘portfolios‘. Se ha hecho mucho en construcción. Se ha hecho mucho en el ‘portfolio de préstamos hipotecarios. Yo creo que hay que seguir con ese tipo de programa”. Hay que seguir intensificando los programas de mitigación de pérdidas y hay que hacer crecer las carteras, dice Padilla.

El Comisionado se cuestiona si el mercado de Puerto Rico está generando suficiente calidad de activos para mejorar los estados de situación de los bancos. Cree que los bancos deben mirar otros mercados. “Si hay que buscar activos en otros sitios bienvenido sea. Lo importante es que ese activo empiece a generar y ese es el elemento fundamental para buscar capital. Nuestra industria tienen que mirar hacia fuera y punto. Hay que perder los miedos. No podemos seguir en ese bache en el que llevamos más de 10 años”.

Estados Unidos es un mercado natural para Puerto Rico y cree que hay “buenísimas oportunidades”. Pero hay que mirar también a Centroamérica, a Sudamérica. “Otros entornos que son compatibles con nuestra cultura, nuestra idiosincrasia y aprender de esos países”.

¿Hay suficientes depósitos?

Algunos expertos señalan que el sistema bancario de Puerto Rico tiene un problema estructural porque no se generan suficientes depósitos para compensar la actividad prestataria, lo que obliga a depender de fondos externos. Hasta ahora el sistema ha dependido de los “brokered deposits” –fondos que compran los bancos en Estados Unidos o en los mercados internacionales para financiar su actividad prestataria–, pero tras las consolidación bancaria del 2010, el regulador federal ha limitado el uso de estos fondos.

Todavía hay bancos con altas concentraciones de “brokered deposits”, la mayor cantidad la tiene First BanCorp (NYSE:FBP), que en el segundo trimestre ascendía a $5,192 millones, una cantidad que representa 61% del total de sus depósitos. Esta cantidad se ha reducido cuando se compara con el año pasado y el regulador local asegura que seguirá bajando.

“Siempre ha estado ese argumento”, comenta Padilla sobre el déficit de depósitos. “Los ‘core deposits’, cuando sacas los ‘brokered cd’ del panorama, se han mantenido y han crecido. El tema es si son suficientes para mantener la cantidad de activos que genera el país. Yo creo que hay unos componentes adicionales que el regulador tiene que mirar con objetividad. El mismo tema de los ‘brokered cd’ es un tema que es controvertible, pero al mismo tiempo te encuentras posiciones que son divergentes en el mundo regulatorio, desde los puristas que dicen cero, los que aceptan una cantidad mínima, hasta los que hablan de márgenes mayores”.

“Yo soy de la segunda vertiente. Yo creo que hay unos componentes que siempre están en el mercado y siempre han estado, porque no es una cosa volátil que la tienes hoy y no la tienes mañana. Los ‘brokered deposits’ siempre han estado ahí disponibles y la clave está en tener unos niveles razonable. No como lo que nuestra industria desarrolló bajo el visto bueno del regulador federal”.

Padilla cree que controlados y bien administrados, los “brokered deposits” van a ayudar a generar actividad económica. También promueve el uso de los adelantos del Federal Home Loan Bank.

“El problema de los ‘core deposits’ puros es que por un lado también tenemos que pensar en el consumidor. Pretendemos que por un lado se incremente la bases de depósitos, ¿pero a qué tasas? Tenemos consumidores sofisticados que buscan opciones, buscan el mercado de los fondos mutuos, etc. El regulador federal tiene que entender que esa es una realidad. Claro ahí entra en juego el rol del doble sombrero del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), que también tiene que proteger sus fondos de seguro de depósitos y, en los que se construye ese fondo, están aplicando unas medidas bien estrictas y eso te lleva al círculo vicioso de cómo genera actividad incremental”.

Los “brokered deposits” son necesarios para obtener fondos y generar actividad económica. Bien utilizado es un mercado de una liquidez extraordinaria. Pero el regulador no parece dispuesto a permitir que se produzcan los excesos del pasado. La utilización excesiva de estos fondos fue un factor crucial en el cierre de los tres bancos en el 2010. Un banco en problemas se ve impedido de renovar sus “brokered deposits” y, si tiene una alta concentración de éstos, se genera un problema inmediato de liquidez, que fue lo que les pasó a los bancos en abril de 2010.

De todos modos, Padilla aclara que es difícil “correr un banco” sólo con los depósitos de clientes locales. Sería como una cooperativa.

No hay un número mágico

¿Será el siete el número mágico del tamaño del sistema bancario o se seguirán produciendo consolidaciones? Y hablamos de siete (Popular, Firstbank, Santander, Doral, Scotiabank, BBVA y Oriental), sin incluir a BBU Bank, que Padilla considera un sucursal de una banco en el estado de Florida.

“BBU se recogió (en los medios de comunicación) como la entrada de un chárter bancario y es un ‘branch’ de un banco de Florida”. Que tiene unos planes ambiciosos de crecer y ojalá tenga éxito, pero deja de ser un ‘branch’, pero uno no lo puede ver como una licencia local”, declaró el Comisionado.

Después de pasar de 10 a siete bancos, hay quienes argumentan que todavía hay espacios para una mayor consolidación, para buscar mayores eficiencia y mayores economías de escala. Pero el punto es ¿hasta dónde puede llegar esa concentración? Padilla advierte que hay que tener cuidado que esa concentración no afecte al consumidor y que no se produzcan concentraciones de poder.

“Como Isla, a mi me gusta el modelo competitivo y creo que siempre debe haber espacio para el que quiera arriesgar capital y quiera comenzar una operación pequeña. En el pasado tuvimos bancos pequeños exitosos. Ahora le hemos dejado el concepto de banco comunitario a las cooperativas, pero puede haber una estructura bancaria regional, que bien administrada puede ser eficiente”.

2012: el año del saneamiento

El Comisionado espera que en el 2012 la economía empiece a recuperarse y que la actividad de crédito fluya. Durante el próximo año anticipa que los reguladores federales seguirán insistiendo en la protección de la estructura de capital y la reducción de los préstamos morosos. La calidad del crédito seguirá siendo el tema principal al que seguirán expuestos los bancos, pero dijo que es difícil anticipar si esos problemas van a provocar alguna intervención de los reguladores.