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“Nunca me han dicho de Fortaleza, llama y dale para atrás a eso que dijiste”, señalaba el miércoles por la mañana el Secretario de Hacienda

Por Luisa García Pelatti

Lo dijo el Secretario de Hacienda, Juan Zaragoza Gómez, el miércoles, horas antes de que el gobernador Alejandro García Padilla desautorizara sus declaraciones publicadas en SIN COMILLAS sobre su intención de pedir que la Junta de Control Fiscal ponga en sindicatura al Departamento de Hacienda. No sé si ahora seguirá pensando lo mismo. Esta es la segunda parte de la entrevista realizada el miércoles.

Zaragoza es el Secretario de Hacienda más famoso. Dice que cada día se saca fotos con los ciudadanos, que cuando va por la calle le gritan “Zaragoza 4 años más” “Zaragoza de por vida”. “Esa gente dicen, este tipo le metió mano y desenmascaró la evasión”.

Le preguntamos si consideraría quedarse en la agencia bajo una nueva administración. “No tengo problema de trabajar con nadie. Los otros son los que tienen problemas de trabajar conmigo. O se hacen las cosas como yo creo o me voy. Yo no necesito esto”, dijo el miércoles. “En eso tengo que agradecer al Gobernador, porque cualquier otro gobernador, por la mitad de las cosas que he hecho, me hubiera botado. Nunca me han dicho de Fortaleza, llama y dale para atrás a eso que dijiste”.

“Estoy cerrando negocios a días de las elecciones, cuando seis meses antes de las elecciones no se daban ni ‘tickets’ de tránsito” y advirtió que ya mismo va a empezar con el embargo de autos. “A mí nadie me dice nada”.

Su estilo es diferente. Lo atribuye a que es el único Secretario de Hacienda que antes había dirigido la División de Rentas Internas durante cuatro años. Conoce la agencia como nadie. “He tenido una experiencia operacional que ningún secretario había traído”. Desde 1993 participó en los proyectos de Bearing Point, la reducción del IVU (Impuesto sobre Ventas y Uso) y asesoró durante dos años a Melba Acosta, mientras era Secretaria de Hacienda. “Sabía lo que había que hacer, se los trucos de la calle, porque he estado en la calle muchos años. Eso me da el conocimiento”, explicó.

Zaragoza ha hecho cosas que no habían hecho otros secretarios, como los embargos a los comercios que no remiten el IVU a Hacienda, publicar en los periódicos las listas de morosos o llevarlos a los tribunales.

“Me atreví a hacer las cosas posiblemente porque ya a mi edad no estoy pensando en los clientes que voy a atener cuando me vaya de aquí. Tengo 57 años, tengo una oficina muy próspera que deje en un trust. Aquí hay mucha gente que viene con el freno metido, pensando en los clientes que van a tener después”.

En los dos años que lleva en el puesto se han embargado 150 negocios. De esos sólo ha cerrado uno, los demás, aunque se acogieron a la ley de quiebras para reorganizar sus finanzas, siguen operando. Como una tercera parte de los negocios intervenido pagaron sus deudas con Hacienda la noche posterior al embargo.

Pero Zaragoza aclara que “el dinero no está en los operativos” y que el objetivo es que la gente respete a Hacienda como hace con el Servicio de Rentas Internas federal (IRS, por sus siglas en inglés). “Ahora la gente recibe un sobre de Hacienda y tiembla. Eso es lo que yo quería, que respeten. Que se den cuenta de que hay unas consecuencias de no seguir la ley”.

“Ahora la gente recibe un sobre de Hacienda y tiembla. Eso es lo que yo quería, que respeten, que se den cuenta de que hay unas consecuencias de no seguir la ley”.

Pero no solo son los operativos. El cambio en la forma de trabajar en Hacienda tiene que ver también con los acuerdos (“clossing agreements”). Hace año y medio Zaragoza fue a la Legislatura a pedir que esos acuerdos se hicieran de acuerdo a la ley. Algo que parecer obvio, pero que adquirió notoriedad tras el acuerdo firmado con Doral por $225 millones, y que finalmente los tribunales declararon ilegal. A las enmiendas a los acuerdos, en su momento, dice el Secretario, se opusieron algunos contadores públicos autorizados (CPAs), varios pasados presidentes del Colegio de CPA, los grandes bufetes “porque era algo revolucionario”.

Zaragoza indica que hay “dos o tres” CPAs que se están preparándose para ser secretarios de Hacienda cuando él se vaya y que han advertido que van a eliminar todo lo que se ha hecho. “Se acabaron las intervenciones, vamos a dar ‘clossing, back to normal, debes 10 dame dos y olvídate del resto”. Esos son los que dicen que Hacienda debe ser un facilitador, que no tiene que ser fiscalizador, que Hacienda no puede ponerse exigente en estos momentos por la situación económica. “Hay un CPA que lleva amenazando a los empleados que si no le dan lo que quiere cuando venga de secretario, los va a mover a Maunabo o Quebradilla”.

“Ahí afuera hay un montón de transacciones en Hato Rey que están esperando que yo me vaya”. Se refiere a transacciones de bufetes y compañías, que le están diciendo a los clientes que esperen hasta enero “ese tipo se va a ir, lo van a sacar”.

A dos meses de su posible salida de Hacienda, hay cosas que se quedan pendientes. “Me hubiese gustado hacer un plan de reclasificación de los empleados. Hacerle justicia a los empleados de Hacienda que son los terceros peores pagados en Puerto Rico. Creo que el nivel de motivación de los empleados está bastante alto, porque Hacienda ha recobrado el brillo ante la gente. Están súper pompeaos, pero con eso no hacen compra. La reclasificación no toma tanto tiempo, pero no me la aprobaron”, explica. Zaragoza no pedía recursos para la reclasificación, dice que podía hacerlo reduciendo gastos de otras partidas.

Dos proyectos se quedan corriendo: SURI (Sistema Unificado de Rentas Internas), que no se completará hasta dentro de tres años; y el sistema de contabilidad central (Microsoft Dynamics). Le preocupa que bajo una nueva administración se cancelen.

Durante el primer trimestre del año fiscal, los recaudos estaban $14.7 millones por debajo del estimado del trimestre, por culpa del impuesto sobre regalías de las empresas manufactureras, que cayeron $21.3 millones. En el mes de octubre, los recaudos están $10.9 millones por encima del estimado, reveló Zaragoza. Los recaudos del impuesto a las corporaciones foráneas (Ley 154) están $34 millones por encima de lo esperado. Faltando 10 días para terminar el mes, ya se logró la meta de recaudos del arbitrio del ron y “el IVU va galopando”, gracias a la fiscalización.

“Esa es la mejor evidencia de que aquí había que poner ley y orden. Porque si la gente se está yendo y las ventas al detal están bajando, ¿cómo el IVU puede estar por encima del año pasado?”.