AGP CP BGF 5

Por Luisa García Pelatti

Ayer el Gobernador regañó a los medios de comunicación que anunciaron el cierre inminente del Banco Gubernamental de Fomento (al parecer publicaron hasta la hora en que ocurriría el cierre, las 3 de la tarde). A SIN COMILLAS no llegó el rumor del cierre, pero quiero creer que los medios que publicaron el cierre del BGF lo hicieron porque responsablemente confirmaron esa información. En esta redacción digital sí recibimos información (como otros medios) sobre el cierre de cuentas en el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), que pudimos confirmar con fuentes de entero crédito, y que el Gobernador ayer también negó que fuera cierto.

El Gobernador pidió a los periodistas que sean suspicaces con la información que reciben. Pero esa suspicacia, esa desconfianza en la información que se recibe, se aplica también a la que proviene del Gobierno. ¿Debemos sospechar de la información de una fuente y creer al Gobierno cuando nos dice que no es cierto? La labor del periodista es desconfiar de los dos y tratar de probar quién dice la verdad. Y en esas supongo que estamos todos.

Informar sobre la actual crisis de deuda y sus entramados es una labor especialmente complicada debido a la ausencia de fuentes de información en el gobierno y en el sector privado. El Gobierno, que debería ser el principal interlocutor, no habla, no informa a los ciudadanos, de forma amplia y transparente, los pasos que está dando para resolver la crisis. Los ciudadanos, que van a sufrir las consecuencias de sus actos con más desempleo, impuesto y austeridad, tiene derecho a saber qué está haciendo el Gobierno.

En aras de proteger la negociación con los acreedores, el Gobierno no informa, y acusa a los periodistas de irresponsabilidad y de “hacerle daño” a las negociaciones con los acreedores.

“El objetivo del periodista es buscar y publicar la mejor versión obtenible de la verdad”, recuerda Carl Bernstein. A veces nos podemos quedar un poco cortos en esa “mejor versión”, pero el Gobierno también debe hacer un poco de autocrítica. Las comunicaciones no han sido su labor más brillante. Sin ir más lejos, en la conferencia de prensa de ayer, cuando le preguntaban al Gobernador por la sindicatura del BGF decía de forma muy vaga que “se están evaluando todas las opciones”, “todas las opciones legales están sobre la mesa”, se están considerando “todas las opciones disponibles”. ¿Se puede ser menos concreto? La información que se ofrece es muy opaca y los funcionarios clave del Gobierno casi nunca están disponibles para confirmar la información.

¿Debemos creer cuando nos dicen que no van a cerrar el BGF? ¿Debemos creer cuando nos dicen que no han cerrado cuentas de depósito en el BGF para trasladarlas al Banco Popular?