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Por redacción de Sin Comillas

Con el huracán María, los concesionarios de autos se han visto afectados por la falta de piezas en inventario y la escasez de vehículos para suplir la demanda de los consumidores, según señaló la Asociación de Distribuidores y Concesionarios de Autos de Puerto Rico (PRADA).

La limitación de inventario está causada por el impuesto que no permite que  se tenga almacenamiento suficiente en ninguno de los sectores de ventas. Durante años, han estado denunciando que este impuesto (Ley Núm. 83 del  1991) es discriminatorio e inadecuado por que le impone a la propiedad mueble una contribución al inventario de entre 5.80% y un 9.83%.

“A 47 días después del huracán, la Industria de auto toda vía sigue afectada por culpa de este impuesto,  que no permitió que tuvieran en nuestras zonas de almacenamiento la cantidad de autos y  piezas necesarias para atender los reclamos que exigen hoy nuestros consumidores”, denunció Ramón Vega, presidente de Autos Vega.

PRADA propone:

  • un mecanismo ágil, más simple de fiscalizar, que pagaría un nuevo impuesto cada vez que venda el vehículo.
  • en vez de esperar por un pago del concesionario cada tres meses como se hace al presente, con esta propuesta el Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM) estaría cobrando en todo momento. Cada vez que se venda un auto se le paga el impuesto al CRIM.

Ley de Tablilla Única

El sector también propone que se implemente la Ley de la Tablilla Única (Ley Núm. 2 de 2 de febrero de 2016). Esta ley firmada desde el 2016 se esta convirtiendo en letra muerta ya que la misma no se pone en vigor

Con esta Ley, no importa si los ciudadanos venden o cambian su auto siempre mantendrán una misma tablilla. Con este sistema, se evitan los costos adicionales en las transacciones de compraventa o traspaso de licencias, así como, el tener que pagar por multas y gravámenes previos en el caso de los autos usados. Además al ser el consumidor  dueño de la tablilla, éste se ahorra el costo de una nueva al comprar un vehículo.

De igual manera beneficia a los distribuidores de vehículos ya que no necesitarán de grandes inventarios de nuevas tablillas lo que reduce grandemente sus costos. Por otra parte, facilita el  proceso de recaudos del Gobierno porque como la tablilla va a seguir al conductor, tendrían la certeza de que las multas de auto expreso o cualquier otro gravamen, corresponden al conductor que cometió la infracción.

Como las multas por infracción siguen al dueño de la tablilla permite que el Departamento de Hacienda cobre de forma efectiva las mismas, brindándoles herramientas para fiscalizar a los evasores contributivos.