Por redacción de Sin Comillas

Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, EEUU y Vietnam acaban de alcanzar un acuerdo histórico para liberalizar el comercio y las inversiones y crear así un área de libre comercio, una idea que se planteó por primera vez hace más de una década y media. Su objetivo consiste en la reducción de aranceles comerciales y el establecimiento nuevas normas comunes entre las 12 economías implicadas.

El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, según sus siglas en inglés) abarca a un grupo de países que suponen el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

Dado que Estados Unidos ya tiene los aranceles bastante bajos, gran parte de la liberalización corresponderá a sus socios. El acuerdo sirve de contrapeso a la economía china en la región. A pesar de que Pekín no estaba involucrada en las negociaciones, sí se verá afectada por las consecuencias del pacto.

El acuerdo también supone una importante unificación de las especificaciones técnicas que debe tener un producto o un servicio para entrar para entrar en un país. Ésa es también una ventaja para los países más desarrollados del acuerdo, como Japón, Canadá y Estados Unidos, que son, también, los que tienen un sistema regulatorio más desarrollado.

La firma del TPP cierra cinco años de negociación internacional, pero inicia ahora otro duro proceso para lograr su ratificación por el Congreso de Estados Unidos.

Las negociaciones entre los 12 países se han celebrado en secreto y han estado rodeadas de protestas allí donde se celebraron las conversaciones. Los detractores del pacto denuncian que las nuevas reglas comerciales pueden poner en peligro los puestos de trabajo de empleados de la industria automovilística en México, por ejemplo, o los productores de leche de Canadá, que ahora deberán competir con otras economías.