Blanco
Por Luisa García Pelatti

Los acuerdos de pérdidas compartidas (“share loss agreement”) con el Federal Deposits Insurance Corporation (FDIC) no han sido tan bueno como se esperaba. Los acuerdos, que firmaron los tres bancos (Popular, Oriental y Scotiabank) que compraron a las tres instituciones (Westernbank, R-G y Eurobank) intervenidas en el 2010, permitían a los bancos adquirientes compartir con el FDIC las pérdidas generadas por la ventas de las carteras en el 2010. El FDIC reembolsa el 80% de las pérdidas en la venta de esas carteras. Pero ese acuerdo está a punto de llegar a su fin.

El 10 de abril se vencen los acuerdos para las carteras de préstamos comerciales y a partir de entonces cualquier pérdida en esas carteras las deberá asumir la entidad financiera. “Esto puede ser un golpe para las tres instituciones en el mes de mayo”, advirtió Rafael Blanco, Comisionado de Instituciones Financieras, quien participó como orador en un almuerzo organizado por la Asociación para Profesionales de Finanzas la semana pasada.

Blanco considera que los bancos están preparados para afrontar las posibles pérdidas que ocasione el fin de los acuerdos de pérdidas compartidas. Pero asegura que esos acuerdos no fueron tan beneficiosos como los bancos esperaban.

Los bancos han vendido algunos activos, pero todavía quedan otros sin vender. Y a eso hay que añadir un problema con el “fair value”. Los valores de los bancos son diferentes a los del FDIC. Eso ha generado problemas a la hora de cuantificar y reclamar las pérdidas y el FDIC no ha dado permiso para realizar algunas transacciones.

El fin de los acuerdos puede significar una nueva caída en los valores de las propiedades. Blanco explica que el promedio de descuento de una propiedad comercial está 20% por debajo de la tasación.

Ahora que se acerca la fecha límite de los acuerdos, los bancos podrían tratar de “apresurar las ventas” de las propiedades, vendiendo a precios más bajos, lo que podría ocasionar más pérdidas y afectar el valor de los inmuebles.

En el mercado hipotecario, los acuerdos de pérdidas compartidas no vencen hasta dentro de 10 años. Blanco explica que la actividad de los bancos se ha centrado en los refinanciamientos a tasas de interés bajas y que no hay prácticamente ventas de viviendas nuevas. En el mes de febrero se vendieron sólo 132 viviendas nuevas, según datos de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF).

El sistema bancario se ha estado encogiendo. Se ha pasado de 10 a Ec bancos. El último banco en desaparecer ha sido Doral, intervenido el 27 de febrero, cuando su capital “Tier 1” –el capital primario que se usa para amortiguar cualquier golpe– no llegaba al 1%. Los reguladores federales tardaron mucho en decidirse a intervenirlo, una tardanza que el propio Comisionado no se explica. Cuando en el 2010 se intervinieron a Eurobank, R-G y Westernbnak tenían 7.13%, 5.08% 4.63% de capital Tier 1, respectivamente.

Doral no generaba ganancias desde el 2006 y acumulaba pérdidas por $1,065 millones. “Era imposible reponer capital”. Doral cifraba sus esperanzas en cobrar los $230 millones del litigio con Hacienda, pero Blanco asegura que aunque hubieran ganado el caso, no hubiera sido suficiente para mantener las operaciones. Blanco se cuestiona ¿por qué se dio tanto respiro a Doral y a los otros bancos, que tenían más potencial de recuperarse, no se les dio más tiempo?

Actualmente, el capital Tier 1 de los bancos que quedan operando en el mercado es saludable, alrededor de 16.32%. El que está mejor capitalizado es Scotiabank (26.20%), seguido de Santander (23.51%), FirstBank (17.55%), Popular (15.76%) y Oriental (15.45%).

“Lo que queda de la banca está muy bien capitalizada y puede resistir los embates, pero hay que ver cuán fuertes son esos embates. Es necesario que la economía llegue a un punto de inflexión y los bancos puedan volver a hacer préstamos”, señaló el Comisionado.

La reducción del sistema bancario se observa también en el número de sucursales, que llegaron a estar en 553 y hoy son 371, una reducción de 34%. La reducción de sucursales se debe a la necesidad de reducir gastos, pero también al uso de tecnología, que permite hacer transacciones sin utilizar las sucursales. El número de empleados en el sector ha caído de 16,000 a 11,000.

“Hoy en día lo único que ha crecido es el capital”, apunta Blanco. La capitalización bancaria está en su punto más alto, $8,300 millones, un crecimiento de 33%. En cambio, los activos han pasado de $101,000 millones en el 2005 a los $60,000 millones de la actualidad”. Sin crecimiento en la actividad crediticia lo que queda en las carteras de los bancos son los activos delicados y difíciles de cobrar. La bana, como el resto de los sectores, necesita que la economía crezca.