“Las empresas que manufacturan productos en la Isla y sus empleados operan bajo los más estrictos principios de calidad, establecidos por sus compañías matrices y  siguiendo reglamentaciones federales, al igual que las que rigen en otros mercados alrededor del mundo a los que sirve la industria”. Estas fueron las declaraciones de Jean-Christophe May, presidente de la Junta de Directores de la Asociación de la Industria Farmacéutica de Puerto Rico, (PIA por sus siglas en ingles), a la publicación de un estudio, realizado por la Fisher College of Business de la Universidad de Ohio, que atribuye a diferencias culturales, de idioma y de valores los problemas en la calidad de las plantas de las compañías farmacéuticas que operan en la Isla. 

El presidente de PIA aseveró que la Asociación está analizando el estudio con detenimiento, particularmente las referencias que hace el mismo acerca de  transferencia de conocimientos, diferencias culturales, de idioma, valores y costos, como variables que alegadamente puedan afectar la calidad de los productos manufacturados en plantas que operan en la Isla. “Las conclusiones de este estudio son altamente dudosas”, comentó May.

PIA está en desacuerdo con las conclusiones del estudio  en varios aspectos. “Diferimos en la aseveración relacionada a supuestos problemas de transferencias de conocimiento. El conocimiento de transferencia de tecnología generado a través más de 40 años de experiencia local,  y evidenciado por el éxito y la confianza depositada en Puerto Rico para transferir productos de la más alta complejidad tecnológica—algunos de los cuales son, además, productos muy importantes para sus empresas, por el volumen de ventas que representan (productos llamados “blockbusters”)—demuestran  exactamente lo contrario a  las conclusiones  que trata de establecer este estudio. Muchos de estos productos son lanzados al mercado global desde Puerto Rico, y posteriormente la tecnología es transferida a otros países por científicos locales. Conocimiento del  proceso de transferencia de tecnología ha sido, y es, sin lugar a dudas, una fortaleza de la industria farmacéutica en Puerto Rico”.

PIA tampoco está de acuerdo en que el idioma y los valores puedan afectar la calidad de los productos manufacturados en Puerto Rico.  “Esto es subjetivo y especulativo. El personal que labora en nuestra industria es uno totalmente comprometido con la calidad, opera con los más altos estándares de ética y, además, es uno altamente cualificado y educado. En adición, estos profesionales mejoran su nivel de conocimiento de forma continua a través de diferentes programas de adiestramiento y educación continua facilitados o promovidos por las empresas”.

“Conocemos de cerca el  compromiso y trabajo que realizan los compañeros que laboran en las empresas farmacéuticas y de biotecnología en Puerto Rico y su compromiso con la calidad”, dijo el ejecutivo.

May dijo que PIA continuará el proceso de análisis más detallado de éste, a fines de determinar acciones a tomar y asegurar no exista la menor duda sobre  los altos niveles de calidad en las operaciones s farmacéuticas locales.

PIA agrupa 12 compañías con base  investigación y desarrollo con más de 30 operaciones de manufactura, 20,000 empleos directos y 65,000 empleos indirectos, y que contribuyen al fisco ceca del 70% de las contribuciones corporativas generadas en la Isla.