wallst-2

Universia Knowledge@Wharton

 

El Gobierno de Trump se prepara para asumir el poder en enero, y muchos se preguntan de qué manera ello puede cambiar el régimen regulador de la industria de servicios financieros. Entre las propuestas se incluyen ajustes en la Ley de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor Dodd-Frank de 2010, que fue una respuesta a la crisis financiera de 2007-2008. La Ley Dodd-Frank y las agencias creadas bajo su supervisión tuvieron como objetivo fortalecer los bancos, ayudarlos a identificar los riesgos y responder a ellos con mayor rapidez, además de proteger al consumidor.

Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro elegido por Trump, dijo a CNBC la semana pasada que la Ley Dodd-Frank “era demasiado complicada y que ha obstaculizado el préstamo”. También dijo que “su primera prioridad en lo relativo a la normativa” será eliminar partes de la ley que impiden el préstamo.

Sin embargo, el sentido general de los cambios buscados por Trump y los republicanos en el Congreso van en la dirección opuesta al fortalecimiento de los bancos y la mayor protección de los consumidores, tal y como explica David Zaring, profesor de Derecho y Ética en Wharton, y Michael Barr, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan. Barr es un ex secretario adjunto para las instituciones financieras en el Departamento del Tesoro y uno de los principales arquitectos de la Ley Dodd-Frank.

Los bancos se quejan de que hay cláusulas asfixiantes en Dodd-Frank. Zaring y Barr reconocen que hay margen de mejora. Sin embargo, señalan que toda reforma tendrá, sobre todo, que prevenir la repetición de la última crisis financiera. Los profesores hablaron sobre el futuro de la Ley Dodd-Frank en el programa de Knowledge@Wharton transmitido por Wharton Business Radio en el canal 111 de SiriusXM.

Estas son algunas de las conclusiones de la conversación:

La Ley Dodd-Frank está dando resultado: Según Barr, la Ley Dodd-Frank hizo “un buen trabajo al conseguir que el sistema financiero fuera más seguro y más justo desde la crisis financiera”. El añadió que el sistema financiero tiene ahora más capital, las instituciones más grandes están mejor reguladas y se presta más atención al sistema bancario paralelo. La “nueva y sólida” Oficina de Financiación de la Protección del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés) vigila el mercado, tal y como quedó demostrado en su respuesta al reciente escándalo en que se ha visto involucrado Wells Fargo Bank, añade. “Lo último que necesitamos es retroceder en los progresos realizados”.

Barr reconoce que los consumidores “tienen razón al estar enojados” cuando escándalos como el de Wells Fargo continúan ocurriendo a pesar de las reformas llevadas a cabo después de la crisis financiera de 2007. “Lo que hizo Wells Fargo sacando ventaja de sus clientes fue algo profundamente decepcionante, equivocado y muy dañino, lo que restó confianza en el sistema financiero”, dijo.

Áreas de mejora: Zaring dijo que le gustaría ver cambios en la estructura del Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera (FSOC, en sus siglas en inglés), que supervisa las instituciones financieras de riesgo sistémico. También hizo un llamamiento para que haya una “mayor divergencia y diferentes voces en el consejo”, a diferencia de la actual estructura financiera cuyos reguladores son nombrados por el presidente.

Según Barr, se pueden hacer ajustes para proteger a los bancos comunitarios de los riesgos y costos de la regulación adicional. Además, los reguladores podrían introducir excepciones claras cuando las reglas no se aplican a los bancos comunitarios.

Inminencia de riesgos mayores: Zaring dijo que las tres propuestas republicanas para realizar ajustes a la Ley Dodd-Frank “van en la dirección equivocada”. Una de ellas propone la derogación que impide que los bancos de inversión hagan negocios por su cuenta. La segunda propone reducir la capacidad de la FSOC. La tercera propone cambios que afectarán a la independencia de la CFPB.

Barr señaló que las propuestas republicanas significarían “un desmantelamiento general efectivo de todas las medidas adoptadas desde la crisis financiera para hacer que el sistema financiero sea más seguro y más justo”. Añadió que, en lugar de introducir ajustes a la ley para fortalecer la ley Dodd-Frank, los republicanos podrían llegar a entorpecer el trabajo de los organismos creados por la ley. “Nada impedirá que surja un nuevo Lehman Brothers y una nueva AIG fuera del nuevo sistema regulatorio y que explote el sistema financiero”.

La Ley Dodd-Frank puede sobrevivir: A pesar de los ataques a la ley, Zaring cree que “puede sobrevivir más de lo que imaginamos”. En primer lugar, dijo que los reguladores de los bancos estadounidenses querrán cumplir las obligaciones de los bancos con el objetivo de cumplir con los requisitos de capital para satisfacer las obligaciones externas.

Zaring dijo que los “contrarios” a la ley, los que quieren verla desmantelada, se podrían encontrar con “grietas o trampillas”, tales como la resistencia de los bancos comunitarios, que pueden quejarse de que los cambios benefician a los grandes bancos a costa de ellos. Zaring también señaló que no todos los republicanos en el Congreso van a querer pasar por personas que “quieren deshacerse de las reformas que han hecho los bancos más fuertes y el sistema más seguro para sus clientes”.