Por Luisa García Pelatti

Lograr tener una red eléctrica a prueba de huracanes, reconstruir carreteras, puentes, puertos y aeropuertos, convertir a Puerto Rico en una Isla con enfoque en el desarrollo de tecnología deberían ser elementos de nuestro plan estratégico si queremos que la economía vuelva a ser competitiva. Pero eso requiere dinero, y con el país en quiebra no hay acceso a los mercados para lograr financiamiento. Ahora tampoco se puede depender de la ayuda federal.

“Esta vez, tomará más tiempo atraer inversiones” advierte Heidie Calero, presidenta de H. Calero Consulting Group Inc. En “Out With the Old, In With the New”, en Economic Pulse, una de las publicaciones de la firma, Calero presenta la primera parte de un análisis sobre los elementos que debe contener el plan económico para volver a ser competitivos y cómo tres países (Estonia, Irlanda y Perú) donde la inversión ha logrado cambios estructurales.

Estonia, con una población de 1.3 millones de habitantes, es uno de los países más avanzados en tecnología. Con un crecimiento anual de 3.9% en el periodo 2000-2016, su éxito combina privatizaciones e iniciativas para fomentan la innovación en la educación, negocios virtuales y la ciudadanía digital. Estonia apostó por la tecnología tras independizarse de la Unión Soviética en 1991 y no aceptó ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar las recomendaciones de políticas de austeridad. Obtuvo financiamiento de público y de organizaciones público-privadas.

Con 32 millones de habitantes, la economía de Perú creció 5.1% en promedio entre 2000 y 2016. En 1993 privatizó casi todas las empresas gubernamentales, llevó a cabo una reforma contributiva y pudo recuperar el acceso a los mercados financieros internacionales.

Irlanda ha tenido un crecimiento anual promedio de 5.0% en el periodo 2000-2016. Con una población de 4.5 millones de habitantes, Irlanda se ha beneficiado de que numerosas compañías la hayan escogido para instalar sus compañías en Europa, gracias a una política de bajos impuestos corporativos (12.5%) y otros factores que lo hacen más competitivo. Sufrió una grave crisis de vivienda, que resultó en una contracción de la economía de 3.9% en 2008 y de 4.6% en 2009, de la que se ha recuperado.

¿Qué podemos aprender de ellos?  Calero destaca la necesidad de “reformas audaces, implementadas
en relativamente poco tiempo” y para ello se “necesita un gobierno fuerte”. “Fuera (out) viejas formas de reformas indoloras; fuera con viejas formas de adoptar sólo medidas de austeridad; y bienvenida (in)
una economía vibrante, hambrienta de tecnología, con prioridades ejecutables y que se transforme en
la e-Island del Caribe, entre otras cosas”.