Universia Knowledge@Wharton
Es posible que el alivio para la deuda de Puerto Rico esté en camino: miembros de la Cámara de Representantes de EEUU anunciaron la semana pasada que llegaron a un acuerdo bipartito sobre la legislación que permitiría a la isla declarar la quiebra y básicamente obtener ayuda para los más de $70 millones que el territorio debe a los portadores de bonos.
Según el acuerdo, los acreedores de Puerto Rico recibirían menos del 100% de lo que se les debe, pero eso significaría también que no tendrían que entrar en un pleito potencialmente costoso para tratar de recuperar su dinero. Se espera que la Cámara de Representantes vote la ley en junio. El acuerdo también prevé que un directorio de control nombrado por el Congreso y el Presidente supervise la reestructuración de la deuda. Puerto Rico también tendría que presentar al directorio los presupuestos y un plan que permita a la isla alcanzar responsabilidad fiscal, informó la Associated Press. El marco legal establecido por el proyecto de ley sería similar a la quiebra descrita en el Capítulo 9, pero también trataría de algunas cuestiones que llevaron a los acreedores a creer que la solicitud de inclusión en el Capítulo 9 disminuiría la probabilidad de éxito. El código de bancarrota de Estados Unidos impide que Puerto Rico sea candidato a recibir esta ayuda.
Puerto Rico dejó de pagar tres veces su deuda, lo que incluye un pago de $400 millones que vence este mes; en julio, la cantidad será de aproximadamente $2,000 millones. El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, dijo que es muy probable que su Gobierno no sea capaz de pagar esta cantidad tampoco.
¿Perderán los tenedores de bonos una gran cantidad de dinero, van a aceptar menos de la cantidad que les corresponde, o de alguna manera, recibirán la totalidad de lo que se les adeuda? Y cuando todo haya terminado, ¿quién será responsable de la reconstrucción de la economía de la isla? David Skeel, profesor de derecho corporativo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Pennsylvania [Universidad de Pennsylvania Law School] estuvo a principios del mes pasado en el programa de Knowledge@Wharton transmitido por la Wharton Business Radio en SiriusXM donde explicó, antes que nada, cómo Puerto Rico se metió en un agujero económico tan profundo. También habló sobre las opciones disponibles para sacar a la isla de esta situación e indicó los cambios a introducir, de manera que no haya tal crisis en el futuro.
Skeel recientemente escribió un breve dossier sobre la situación económica de Puerto Rico: “After Debt: A Path Forward for Puerto Rico” [Después de deuda: El camino a seguir para Puerto Rico] para el Centro de Iniciativas de Políticas Públicas de Wharton de la Universidad de Pennsylvania [Penn Wharton Public Policy Initiative].
A continuación, la versión editada de la entrevista.
Knowledge@Wharton: Vamos a empezar con una mirada retrospectiva a lo que ocurrió con el dinero que todavía se debe, ¿por qué sucede todo esto y por qué sigue sucediendo? ¿Qué opina?
David Skeel: En cuanto a cómo se ha podido llegar a la situación actual, como siempre, las causas son varias. Muchas cosas sucedieron en Puerto Rico para llegar hasta donde ha llegado. Una es que el territorio concedía una gran exención de impuestos a los fabricantes que se asentaban en la isla. Las compañías farmacéuticas, en particular, se aprovecharon de eso. Esta exención se fue eliminando gradualmente en los años 90 y se acabó, si no me equivoco, en 2006, lo que llevó a muchas industrias a salir de Puerto Rico. Este fue uno de los problemas. También existe el problema del desempleo. En los últimos diez años más o menos, el Gobierno ha financiado sus operaciones con deuda. Hay otros factores también, pero éstos son los principales elementos del problema.
Knowledge@Wharton: Una pregunta que se hace es si Puerto Rico estaría, o no, ya que es un territorio, en condiciones de solicitar la quiebra bajo el Capítulo 9. ¿Cuál es su opinión?
Skeel: Bueno, creo que se debería intentar. Mucha gente piensa que sí, pero no todo el mundo se siente de esa manera. Como la mayoría de los oyentes de este programa saben, el Capítulo 9 permite a los municipios de los Estados en los que está en vigor solicitar la quiebra. Puerto Rico fue excluido de esta cláusula en el año 1984. Por lo tanto, los municipios de la isla no pueden reclamar la quiebra.
En mi opinión, Puerto Rico y sus municipios deberían poder solicitar la quiebra. Sin embargo, existe una fuerte oposición a esto. Algunos están de acuerdo con el procedimiento en el caso de los municipios, pero no en el caso de Puerto Rico propiamente dicho. También están aquellos que no quieren ni lo uno ni lo otro; algunos quieren las dos cosas.
Knowledge@Wharton: ¿Es sólo el hecho de que se trata de un territorio lo que está impidiendo que el Gobierno de Puerto Rico recurra al Capítulo 9?
Skeel: Históricamente, sí. Si Puerto Rico fuera un Estado, o si se hubiera convertido en un Estado, no habría ninguna duda en cuanto a la capacidad de los municipios de solicitar la quiebra. La pregunta es, es realidad, si eso sería suficiente. Gran parte de la deuda fue contraída directa o indirectamente por el propio territorio. Por lo tanto, algunas personas —entre las que me incluyo— piensan que Puerto Rico debería ser capaz de solicitar la quiebra. Sin embargo, aparte de eso, está claro que los municipios de la isla podrían solicitar la quiebra si Puerto Rico fuera un Estado. Sin embargo, esta es una oportunidad perdida, porque Puerto Rico no es un Estado.
Knowledge@Wharton: ¿Le sorprendió el hecho de que sabían que no podían pagar la cantidad de $400 millones a principios de mes? ¿Y ahora están diciendo que tampoco pueden pagar el próximo plazo?
Skeel: No es una gran sorpresa. El gobernador ha dejado claro desde diciembre que estos son los principales obstáculos. Puerto Rico había dejado de hacer algunos pagos pequeños hace varios meses. Pero lo que todo el mundo decía era que los grandes pagos de mayo y julio no los podría pagar. Puerto Rico se ha comprometido, de alguna manera, a esta decisión diciendo que “no podemos pagar, después de haber dejado de hacer el primer pago”. Parece que tampoco se pagará la cantidad de julio.
Knowledge@Wharton: ¿Qué le gustaría que sucediera en los próximos meses para tratar de aliviar la carga financiera con la que Puerto Rico tiene que lidiar? Y además de eso, ¿qué tipo de estructura se recomienda para este Gobierno y esta economía, para que no tengamos que hablar de ello constantemente, o incluso en cinco o diez años?
Skeel: En mi opinión, hay dos cosas que se necesitan hacer. Estoy poniendo a un lado las cosas que hay que hacer para que haya un crecimiento en Puerto Rico, y son muchas. Hay problemas con el salario mínimo, con los pagos de Medicaid. Voy a dejar estas cosas a un lado y centrarme en lo más importante que hay que hacer para que Puerto Rico vuelva a su estado de forma.
Puerto Rico necesita dos cosas, en mi opinión: lo primero es un directorio de control financiero. Un directorio que intervendría de la manera en que se hizo en Washington DC, en los años 90, o en Nueva York en los años 70, con facultades muy amplias para estabilizar el presupuesto, preparar un plan de cinco años para el futuro del territorio y, básicamente, poner el Gobierno en orden. Este tipo de problema financiero es el resultado de problemas de gobernanza, es decir, el Gobierno es disfuncional.
Lo segundo es el alivio de la deuda. En mi opinión, Puerto Rico necesita el Capítulo 9, que trata de la quiebra, o algo equivalente. Esto también se puede hacer a través de la cláusula de los territorios de la Constitución de Estados Unidos. Podría haber una ley exclusiva de reestructuración para el territorio. Creo que esto también es necesario. Como hemos dicho, creo que el Capítulo 9 debería estar accesible no sólo para los municipios, sino también para el propio territorio de Puerto Rico. La isla tiene una deuda de $72,000 millones en este momento. Esto es más que el PIB local. Ellos simplemente no pueden pagarlo.
Knowledge@Wharton: En cierto modo, es un poco decepcionante —quizás no sorprendente— que nada se haya hecho más rápido con la participación del Gobierno federal.
Skeel: Estoy totalmente de acuerdo. Si se tratara de un Estado, habrían hecho mucho más hace mucho tiempo. Pero, como se trata de un territorio, queda fuera del horizonte de las personas. El tema simplemente no merece la atención que debería merecer. Es un error. Los ciudadanos de Puerto Rico son ciudadanos de Estados Unidos. Lo que ocurre como resultado de este desastre financiero es que muchos de ellos se están yendo a EE.UU.. Hay cientos de miles de ciudadanos puertorriqueños en Florida. Hay alrededor de 300,000 en Pennsylvania. Así que incluso si las personas no están prestando atención ahora, tarde o temprano no van a tener otra opción.
Knowledge@Wharton: En cuanto al directorio de control financiero, ¿el Gobierno de Puerto Rico estaría dispuesto a entregar este tipo de control?
Skeel: Hay una gran cantidad de resistencia en este sentido en Puerto Rico. El nivel exacto de resistencia depende de la fuerza que tendría este directorio de control. Una propuesta presentada por un grupo de senadores demócratas propone un directorio que sería controlado en gran parte por las autoridades puertorriqueñas. Puerto Rico está de acuerdo con la idea.
Sin embargo, no están muy satisfechos con el proyecto de ley de la Comisión de Recursos Naturales, que propone un directorio de control mucho más riguroso, del tipo que había en Washington, DC, en los 90. Hay mucha resistencia a eso. Oímos términos como “colonialismo” e “imperialismo” aquí y allá. Son palabras que parecen líneas trazadas en la arena. Sin embargo, es difícil conocer el grado de resistencia cuando comience la presión.
Knowledge@Wharton: ¿Cuál fue la reacción de los puertorriqueños a esta idea? El Gobierno tendrá que tener en cuenta lo que piensa que debería funcionar a partir de lo que la gente quiere. ¿Las personas están siendo escuchadas?
Skeel: Si tuviera que describir la reacción de la gente, yo diría que esto es algo “complicado”. Ellos sienten que necesitan ayuda. Sin embargo, hay mucha resistencia a la idea de un directorio de control y la intervención del Congreso de Estados Unidos —que es cómo las personas interpretan la situación— tomando el control del Gobierno de Puerto Rico. Este es un factor a tener en cuenta.
Por otra parte, una gran parte de los ciudadanos de Puerto Rico tiene bonos locales y también del Tesoro. Estas personas están preocupadas por la reestructuración. Ellos no la quieren. Así que yo diría que, según mi interpretación, hay un sentimiento de ansiedad y de rabia que complica las cosas.
Knowledge@Wharton: ¿Y cuál es el valor de estos títulos cada día que el proceso avanza?
Skeel: El valor está cayendo. De hecho, incluso los valores más seguros —Puerto Rico emitió una gran cantidad de títulos de deuda de obligación general garantizados por la Constitución— creo que se venden por alrededor de 70 centavos de dólar en la actualidad. Se creía que eran a prueba de balas. Y la tendencia a la baja continúa.
Knowledge@Wharton: ¿Cuáles son las expectativas de Wall Street en todo esto? La verdad es que estos bonos están perdiendo mucho valor.
Skeel: Wall Street espera que los tenedores de bonos no obtengan un retorno de 100 centavos por dólar. Es por eso que se están negociando, incluso los más seguros, por 60 o 70 centavos de dólar.
Knowledge@Wharton: En este punto, ¿debería haber una expectativa de acercarse a un valor razonable?
Skeel: Yo no lo creo. No sabemos, sin embargo, cómo acabará todo esto. Hay numerosas posibilidades. Una de ellas consiste en la obtención de una opción de reestructuración, y luego reducir su valor contable. Otra posibilidad sería la de no tomar el camino de la reestructuración, y ahí Puerto Rico simplemente no pagaría lo que debe. El territorio entra en colapso. Otra posibilidad sería la de que Puerto Rico no reciba la reestructuración y de alguna manera pague la deuda. Obtendrían un rescate del Gobierno de Estados Unidos, o encontrarían el dinero que hasta ahora nadie sabía que estaba disponible. Hay los que todavía tienen la esperanza de ser rescatados, o pagados en su totalidad. Pero creo que el sentimiento que prevalece es la confusión. La gente no conseguirá 100 centavos de dólar. La cuestión es cómo llegamos a donde estamos.
Knowledge@Wharton: ¿Hay otros mercados financieros en el mundo que estén dispuestos a asumir parte de esta deuda en este momento? Es probable que vean lo que Wall Street está observando y, probablemente, lo eviten también.
Skeel: Correcto. Este es uno de los puntos más destacados por Wall Street. Al final, Wall Street, especialmente las personas para las que Puerto Rico debe reestructurar su deuda, ha dicho lo siguiente: “Puerto Rico, si no paga su deuda, nunca será capaz de volver a recibir dinero prestado el día de mañana”. Existen serias dudas sobre si Puerto Rico volverá a los mercados de deuda. Lo que debe tener en cuenta, sin embargo, es que ya hemos llegado a este punto: Puerto Rico ya no puede ir al mercado de deuda, a menos que un rescate financiero, un paracaídas o un helicóptero caiga de Washington con alrededor de $5,000 millones o $6,000 millones, por lo que los mercados de bonos se verán sacudidos. Creo que la reestructuración realmente mejoraría la situación. Se resolvería el problema de una manera bastante ordenada, en vez de la lenta tortura china que Puerto Rico está experimentando en este momento.
Knowledge@Wharton: También menciona en un artículo que escribió para la iniciativa de Políticas Públicas de Wharton la cuestión del desempleo en Puerto Rico. En los EE.UU., los economistas consideran decepcionante que la tasa de actividad esté en el rango inicial del 60%, o de forma más precisa, del 62.5% en este momento. En Puerto Rico, este índice no está ni siquiera por encima del 50% en este momento, ¿verdad?
Skeel: Deprimente es la única palabra que me viene a la mente para describirlo. Sí, es inferior al 50%. Cuando analizamos las estadísticas de los jóvenes, es aún peor. Es un desastre total. Existen numerosas propuestas sobre qué hacer al respecto. Las personas hablan de reducir el salario mínimo en Puerto Rico. ¿Esto ayudaría al trabajo? Por el momento, sin embargo, reina la confusión.
Knowledge@Wharton: Cronológicamente hablando, por lo tanto, nos enfrentamos a dos preguntas: ¿cuánto tiempo tenemos para encontrar una salida de corto plazo? Y, en segundo lugar, de forma realista, ¿cuánto tiempo tenemos para encontrar una salida a largo plazo? Tenemos que arreglar las cosas para que esto no vuelva a suceder.
Skeel: Creo que eso es correcto. Hay un periodo de corto plazo y otro de largo plazo. El periodo de corto plazo se refiere al gran pago de julio. Creo que ese momento la gente lo ve como una especie de guillotina, es decir, algo que tiene que hacerse para entonces. Sin embargo, esto significa simplemente ayudar de alguna manera. Si creamos un directorio de control y existe la opción de la quiebra, tenemos que recurrir a ella. Tenemos que poner el Gobierno en orden. Es necesario que haya un plan de cinco años. Creo que en realidad es un proceso de cinco años, es decir, desde el momento en que Puerto Rico tenga los recursos que necesita para manejar la situación.
Knowledge@Wharton: Pero incluso si se paga de alguna manera la cantidad de corto plazo —si Washington les da un gran cheque para cubrir el pago de $400 millones que no hicieron la semana pasada, y los $800 millones pendientes en julio— Puerto Rico aún tendría alrededor de $69,000 millones de deuda de que preocuparse en este momento.
Skeel: Perfecto. Además, la economía se está contrayendo. La economía de la isla encogerá un poco más del 1% este año fiscal. El próximo año se reducirá un 2%. Las perspectivas no son muy buenas. La deuda está aumentando y los ingresos, bajando.
Knowledge@Wharton: ¿Sería algo tan sencillo como presentar algunas opciones atractivas para las empresas para inducirlas a volver a realizar inversiones en Puerto Rico?
Skeel: Ese es el problema. Esto no parece ser una opción viable. Cuando la gente habla de formas de hacer que la economía de Puerto Rico crezca de nuevo, algunos dicen efectivamente: “Queremos la exención de impuestos de nuevo”. Sin embargo, esta no parece ser una opción posible. La gente tiende a hablar más sobre el salario mínimo en Puerto Rico, ¿debería ser menor? Puerto Rico no tiene el mismo rendimiento que los Estados con respecto al reembolso de Medicaid por parte del gobierno, por lo que hay quienes dicen que esto debería remediarse. Se habla mucho acerca de una variedad de cosas.
Pero, al menos en este punto, parece que no hay una fuerte presión para que se introduzca la exención nuevamente, aunque creo que podría marcar una gran diferencia.
Knowledge@Wharton: Usted aludió anteriormente al hecho de que Medicaid y la economía de la salud siguen siendo un problema cada vez mayor en la isla. ¿Ambos serían similares a lo que vemos en los EE.UU. en este momento?
Skeel: Este es, sin duda, un problema importante. De hecho, creo que en Puerto Rico adquiere proporciones aún mayores. El territorio es pequeño y tiene en este momento graves amenazas para la salud. Se ha identificado la presencia del virus Zika. No se sabe a ciencia cierta qué va a pasar ahí. Por lo tanto, la magnitud de la incertidumbre es mayor que en los EE.UU.. Hay una gran incertidumbre en torno a los problemas de salud en los Estados.
Cuando hablamos de ayudar a la economía de Puerto Rico o cuando hablamos de su progreso, una de las cosas que la gente dice es que tenemos que revitalizar la industria del turismo. El virus Zika complica la situación.