WEF

Por Luisa García Pelatti

El más reciente informe del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) vuelve a colocar a Puerto Rico entre las 32 economías más competitivas del mundo y la más competitiva en América Latina. El año pasado, Puerto Rico ocupaba la posición número 30, pero no parece que ese cambio sea relevante. Está justo delante de Chile y un  tanto alejada de los modelos a imitar: Irlanda (25) y Singapur (2). El primer lugar es para Suiza. Estados Unidos está en la tercera posición.

Los resultados pueden resultar excesivamente optimistas para una economía que no ha crecido en casi una década y que enfrenta serios problemas estructurales. Parece que el indice no es perfecto, pero, por ahora, es el mejor instrumento que existe para medir la competitividad.

La innovación, el desarrollo de capital humano y el fortalecimiento institucional siguen desempeñando un papel decisivo a la hora de determinar cuáles son las economías más competitivas del mundo.

Según el Índice de Competitividad Global (GCI) del informe, los Estados Unidos incrementa su competitividad por segundo año consecutivo, subiendo dos puestos hasta el tercero, gracias a la mejora de su marco institucional y sus avances en materia de innovación. En los cinco primeros puestos, Suiza sigue encabezando la clasificación por sexto año consecutivo, Singapur se mantiene segundo, y Finlandia (4) y Alemania (5) descienden un puesto.

Todas las economías que ocupan los primeros lugares del índice han desarrollado, accedido y utilizado los talentos de que disponen, y han efectuado inversiones que impulsan la innovación. Estas inversiones inteligentes y selectivas han sido posibles gracias a un enfoque coordinado que se basa en una estrecha
colaboración entre el sector público y el privado.

A nivel mundial, el informe advierte que el crecimiento económico está en peligro a pesar de años de audaces políticas monetarias, ya que varios países siguen luchando por introducir las reformas estructurales necesarias para ayudar a incrementar la competitividad de sus economías y crecer. En su evaluación anual de los factores que impulsan la productividad y prosperidad de los países, este informe señala que el mayor reto para un crecimiento mundial sostenido es la aplicación desigual de las reformas estructurales. Asimismo, destaca que el talento y la innovación son dos ámbitos en los que los líderes del sector público y el sector privado deben colaborar con más eficacia para alcanzar un desarrollo económico sostenible e incluyente.

“La tensa situación geopolítica, el aumento de la desigualdad y el posible empeoramiento de las condiciones financieras aún pueden poner en peligro la vacilante recuperación, y exigen mayores reformas estructurales y asegurar un crecimiento más incluyente”, indicó Klaus Schwab, fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial”.

Xavier Sala-i-Martin, profesor de economía de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, añadió: “Recientemente hemos visto que ha terminado el desacoplamiento entre las trayectorias de crecimiento entre las economías emergentes y los países desarrollados, que han caracterizado los años posteriores a la recesión mundial. Ahora observamos un nuevo tipo de desacoplamiento, entre los países de alto crecimiento y los de bajo crecimiento, tanto en el mundo emergente como en economías avanzadas. En este caso, la característica distintiva de las economías que son capaces de crecer rápidamente es su capacidad para lograr una mayor competitividad gracias a la adopción de reformas estructurales”.