Por Pedro M. Cardona Roig especial para Sin Comillas

Toyota lanza para el 2017 el modelo 86, transformando el conocido Scion FR-S en una versión renovada bajo la marca Toyota. Los cambios más destacables son: un frente y parte posterior nuevos con unos ángulos marcados, mayor fuerza, interiores renovados y nuevo sistema de suspensión.

El nuevo modelo destaca por su frente de perfil bajo con una amplia entrada de aire a la caja del motor que da una apariencia agresiva y potente al modelo, complementado por focos LED de alta eficiencia. Los interiores también presentan una nueva imagen, a tono con la línea Toyota en la que predomina el acabado en color negro con detalle en un material parecido a la gamuza (también en color negro) con costuras contrastantes en color plata y panel de instrumentos clásico donde predominan los relojes y agujas (tacómetro, velocímetro, temperatura, gasolina) a pesar de contar con todos los complementos de precisión digital. El conductor tiene a su alcance todo y en el guía mismo puede controlar el sistema de música, cruise control, direccionales, limpia parabrisas y luces.

El pasado fin de semana, SIN COMILLAS tuvo la oportunidad de probar el deportivo Toyota 86, con motor de cuatro cilindros y caja de 2.0 litros y 86mm de diámetro en la versión de transmisión estándar. El automóvil combina un estilo deportivo clásico con un manejo en el que el conductor se encuentra activo y en pleno control en todo momento. Esta condición de control permite conciliar la pobre condición de la carreteras con los mejores atributos de este vehículo. Los lectores que disfrutan de conducir de forma activa, este es un auto ideal.

El primer día pusimos a prueba el carro en un típico tapón de la Milla de Oro y su desempeño fue notable. El modelo probado en color rojo intenso (Red Lava) llamaba la atención de los que al igual que nosotros no nos podíamos mover a la velocidad que queríamos, pero aguantábamos. En estas circunstancias la calidad del equipo de sonido Pioneer con ocho altavoces y capacidad de integración del teléfono móvil compensó el agotamiento de la piernas por el constante uso del cloche, acelerador y freno en el tapón. El auto cuenta además con una salida de USB y AUX.

El segundo día llevamos el coupé al viejo San Juan para probar su capacidad de adaptación y manejo en este contexto, especialmente el estacionamiento en paralelo. El sistema cámara de asistencia para la reversa probó ser útil aliviando la dificultad para ver en ciertas direcciones por el diseño de la carrocería y la cabina. El estacionamiento en paralelo de este auto requiere de destreza y práctica para evitar guayazos a la carrocería y los aros.

El tercer día lo dedicamos a la prueba en espacios abiertos y amplios (autopistas). En este contexto este coupe se luce y produce disfrute pleno. Es en este escenario que el auto deportivo se destaca con su tracción trasera, con una suspensión delantera ‘MacPherson strut’ (que incluye una abrazadera de puntal) y suspensión trasera de doble horquilla. demuestra la capacidad de su motor en forma de caja de 2.0 litros y aluminio alcanza 205 caballos de fuerza a 7,000 rpm y 156 lb-ft de para un máximo de 6.400 rpm. (Versión automática: 200 hp a 7.000 rpm y 151 lb-pies a 6.400 rpm.) Sus 86 mm x 86 mm de diámetro y dimensiones de movimiento hacen que el motor esté deseoso de sus revoluciones, mientras doble sincronización de válvulas variable ayuda a dar una curva de par amplia.

El auto se pega al pavimento en la medida que se aumenta la velocidad añadiendo al control del vehículo. El sistema de suspensión hace que a pesar de tener un centro de gravedad tan bajo, esto no comprometa la comodidad del pasajero. En el caso hipotético que se superen las velocidades límite de circulación local, el auto demostrará una eficiencia marcada.

A pesar de ser un deportivo, este auto tiene un nivel de eficiencia energética notable logrando 23 mpg en la ciudad y 32 mpg en carretera, según estimados de la EPA, aunque no creo que este sea el factor que motive a alguien a invertir en él.

Terminamos el recorrido del tercer día, haciendo la compra en un mega almacén para ver la capacidad del baúl y su comportamiento en este ámbito. Para mi sorpresa el baúl es muy pequeño, pero es profundo y si bajas los asiento de pasajero de la parte posterior (en los que difícilmente puedes acomodar a alguien) el espacio resultante es capaz de acoger una compra intermedia o incluso grande. Ojo, no vas a poder acomodar un televisor de 60 pulgadas, ni volúmenes grande pero más allá de esto es bastante notable la capacidad.

El 86 se presenta en el mercado local con un precio estimado de entre $30,795 y $31,795. Claramente este Toyota es uno especial que busca de los amantes de este tipo de experiencia y por lo tanto no es para todo el mundo. El perfil bajo hace que la entrada y salida del mismo requiera de agilidad y condición física del usuario. De otra parte, en un país en el que abundan y predominan los vehículos crossover, SUV, monovolúmen y en general vehículos altos, esto presenta un reto y constantemente hay que estar consciente de la posibilidad de que otros conductores no estén al tanto de tu presencia.

El Toyota 86 es un coupé deportivo que posiblemente tendrá una buena acogida en este país en los próximos años por el valor de la marca Toyota, su nuevo y audaz diseño, mejor desempeño, rendimiento y estilo.