Por Luisa García Pelatti
Para la mayoría de los inversionistas, la reestructuración de la deuda de Detroit no fue un éxito. Algunos acreedores sólo recibieron 15 centavos por cada $1 que invirtieron, por eso cuando le mencionan Detroit tiemblan, señaló Martha Kopacz, directora de Phoenix Management, una firma con sede en Boston que participó en el proceso de reestructuración de la deuda de Detroit.
Kopacz participó ayer en un foro organizado por la Asociación de Constructores y habló de las diferencias entre el proceso que ocurrió en Detroit y lo que puede ocurrir en Puerto Rico con la Junta de Control Fiscal creada por la Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (PROMESA, por sus siglas en inglés). Comentó que el proceso de intervención no funciona igual en todos los sitios.
Se habla del fantasma de Detroit porque los acreedores y las aseguradoras de bonos tiene miedo de que Puerto Rico siga el mismo proceso y obtenga los mismos resultados que Detroit, porque para ellos no fue un éxito, explicó Kopacz, una experta en reestructuración con más de 30 años de experiencia y que está entre las personas que se han mencionado que podrían ser miembro de la junta de control fiscal. “Están espantados de que en Puerto Rico ocurra lo mismo que en Detroit”.
En Detroit el principal escollo era el problema racial. En Puerto Rico todo gira en torno al estatus. Por eso, Kopacz pidió aparcar por un tiempo el problema del estatus.
En Detroit tenían una larga historia de cuáles son las herramientas y las leyes. “Eso no lo tenemos en Puerto Rico y por eso es que me siento incómoda. Promesa se siente incómoda”, apuntó Kopacz.
En Puerto Rico, además, el proceso será diferente porque están en medio las elecciones de Estados Unidos y la de Puerto Rico. “Eso crea angustia (“distress”)”.
En Puerto Rico, a diferencia de Detroit, hay mucha más variedad de tenedores de deuda, lo que significa que todos se verán afectados. También es diferente que en el 2014, los fondos de riesgo compraron deuda a valor par. Ahora esos fondos están atrapados en Puerto Rico, sin posibilidad de invertir en instrumentos más rentables. “No están contentos y están buscando cómo salir”.
Kopacz destacó la importancia de la transparencia, de tener la gente adecuada en la Junta y de lograr el compromiso del sector privado. Hay que desarrollar la tecnología de la información “para saber cuánto dinero se tiene y cuánto hay que pagar” y simplificar el gobierno. “Lo más importante para la junta: necesita escuchar. Escuchar a las voces grandes y a las pequeñas”.
En la conferencia también participó Samuel Céspedes, de McConnel & Valdés, quien explicó los elementos de la Junta de Control Fiscal. “Ciertamente se da una transferencia de poder decisional del Gobierno a la Junta, lo que traerá repercusiones que debemos estudiar, ya que no nos hemos enfrentado a ellas en décadas. No obstante, creo que es una gran oportunidad de poner la casa en orden. Vamos a tener planes concienzudos y controles presupuestarios dirigidos a que se cumplan esos planes”, señaló.
El exjefe de información del Gobierno de Puerto Rico, Giancarlo González, presentó su visión de lo que debe ser una infraestructura tecnológica que permita integración, transparencia y eficiencias. El Puerto Rico Digital Service estaría conformado por talento de alto nivel y una coordinación de todo el gobierno para invertir e implementar en sistemas de información con prioridad en diseño enfocado en el usuario. Por su parte Jorge Irizarry de Bonistas del Patio destacó las áreas de cumplimiento en relación al repago de la deuda que Promesa impone.