Por redacción de Sin Comillas

Ya está disponible el Registro Inmobiliario Digital, que ofrece todos los servicios del registro de la propiedad a través de Internet. El programa Karibe, la nueva aplicación que sirve de plataforma para la operación del nuevo registro, conllevó la automatización, digitalización e integración de más de 100 años de historia registral puertorriqueña.

La modernización del Registro conllevó una inversión de $6.9 millones que incluyó la digitalización, el desarrollo de una nueva aplicación, el establecimiento de la red de comunicación, y la adquisición de la infraestructura. De la suma mencionada, solamente fue necesaria una asignación especial con cargo al Fondo General de $4 millones. La diferencia, provino del Fondo Especial para la Modernización y Mecanización del Registro que por años se venían utilizando para gastos no relacionados con el fin para el que fue creado. El gasto ha sido incluso menos que lo anticipado porque todos los equipos de digitalización fueron donados y se negociaron y obtuvieron descuentos y ahorros significativos en todas las etapas del proceso.

El nuevo Registro Digital es la única agencia conectada en tiempo real con el Registro Único de Abogados, el Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM), la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPE) y el Departamento de Hacienda. Provee acceso telemático además a varias agencias gubernamentales como el Fondo del Seguro del Estado, la Oficina del Fiscal Especial Independiente, la Oficina del Inspector de Notaría, la Oficina de Ética Gubernamental, la División de Integridad Pública del DJ, la Oficina de la Contralora, entre otras, para llevar a cabo investigaciones sobre corrupción, lavado de dinero, evasión contributiva, presentar embargos, estudiar fincas y otros asuntos propios de esa agencias. Esos trabajos hasta hace apenas dos meses, implicaban desplazar personal por 29 secciones sin comunicación entre ellas para tratar de obtener información muchas veces inaccesible o difícil de localizar porque debía realizarse manualmente, consultando libros llenos de hongo o con folios en mal estado o teniendo que esperar largas horas para presentar un documento.

El informe sobre transacciones realizadas desde que se comenzó a utilizar Karibe, revela que hasta el 31 de marzo se han generado ingresos por más de $7.4 millones. De los cuales $22,120.50 han sido destinados al fondo de mecanización. Al día de hoy, más de 400 empleados del Registro realizan todos los trabajos de forma electrónica y se han registrado 2,035 usuarios externos de los cuales 1,305 son Notarios y 730 personas interesadas como estudiadores de título, tasadores, abogados, empleados gubernamentales, presentantes o ciudadanos. Hasta el día de hoy, se han presentado en Karibe, 20,489 documentos  notariales, judiciales o administrativos.

Miranda anunció que “Karibe se convirtió en la primera y única aplicación computadorizada que cuenta con derechos de autor a favor del gobierno tras su inscripción en el Registro de Propiedad Intelectual, lo cual protege su uso y abre posibilidades de mercadeo de la plataforma digital. Como parte del proceso de registro de los derechos de autor, quedaron inscritos en el Registro de Propiedad Intelectual su logo, manuales y código fuente, entre otros. Los intereses y derechos del pueblo de Puerto Rico están protegidos como nunca”.

La modernización del Registro implica que han sido digitalizados más de 11 millones de folios y 42,313 tomos. Esto comprendió la captura, almacenamiento y luego el acceso en línea de más de 24 millones de imágenes de las inscripciones y constancias que existían en los libros de inscripción y libros auxiliares de sentencias, embargos estatales y federales creados a fines del siglo 19 y principios del 20.

El Registro de la Propiedad se fundó en el 1893. Hasta la década de los 70 y con algunos cambios desde entonces, el registro puertorriqueño fue deteriorándose hasta convertirse en los que algunos llegaron a denominar como “la cenicienta” del gobierno. Con sistemas manuales y leyes de siglos pasados, no fue hasta principios de la década del 2000 que se comenzó a utilizar una plataforma computadorizada conocida como Ágora, que en unos pocos años se tornó obsoleta. La Isla nunca tuvo acceso a los códigos fuentes para actualizar o atemperar la aplicación a sus necesidades particulares y sucumbió al paso del tiempo.

En lo práctico, el Registro –dados sus modos arcaicos de procesar la información- propició enormes atrasos en la calificación e inscripción de los documentos presentados. Esos atrasos, que aún hoy rondan los 350,000 documentos, obligaron a la compra de seguros que encarecieron los trámites registrales, quitaron certeza y confianza en el registro y se convirtieron en obstáculos a las transacciones de bienes económicas.