Por Luisa García Pelatti

Parece que en estos largos meses de crisis económica y fiscal no hemos aprendido nada. Llegamos a donde estamos por culpa de los políticos de uno y otro partido. A pesar de que se nos viene encima una junta de control fiscal que hará que el resultados de las elecciones en la Isla sean prácticamente irrelevantes, los políticos siguen tratando de conseguir votos con las promesas más peregrinas.

Hablar de ofrecer un alivio contributivo en medio del colapso fiscal en que se encuentra el Gobierno a la misma vez que mendigamos en Washington para que nos den algo requiere un alto nivel de cinismo, me decía alguien.

Y eso es lo que están haciendo algunos de los candidatos a la gobernación. Mientras los recaudos se reducen debido a la emigración y a la caída de la actividad económica, hablan de eliminar impuestos, de reducir contribuciones y de dar alivios contributivos a la población. Le dicen a los votantes lo que quieren escuchar.

Más que nunca, en este momento se necesitan políticos que busquen el bien común y asuman plenamente sus responsabilidades. Se necesitan políticos valientes que le digan a los votantes no lo que quieren oír, sino lo que hay que hacer, aunque ello requiera sacrificios. Eso es lo que hace un líder, y de eso, parece, andamos más bien escasos.