PARIS (AP) — La recesión mundial ha obligado a muchos jóvenes a abandonar sus estudios y sus trabajos, de acuerdo con un informe de la OCDE que advierte del creciente peligro que sufre “el sendero tradicional de la escuela al trabajo o la vida familiar”.

La Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo —que agrupa a los países más industrializados— indicó que el 16% de los que tienen de 15 a 29 años ni estudian ni trabajan, la llamada generación de los “ni-nis”. El informe está basado en las estadísticas del 2008 al 2010, y la OCDE dijo que esa tendencia aumentará debido a la reciente agitación económica.

El problema es especialmente severo en los países más afectados por la crisis de la deuda soberana europea —especialmente Irlanda y España— y el informe ve poco alivio en los próximos años para la próxima generación de jóvenes.

Un muchacho de 15 años que contemple su futuro dentro de otros 15 puede esperar siete años de enseñanza, 5,5 años de trabajo, un año de desempleo y 1,3 años completamente fuera del mercado laboral.

Aunque algunos en esa última categoría están criando niños, dijo la OCDE, el elevado desempleo entre los adultos jóvenes, especialmente en países de baja natalidad como España e Italia, indica que hay un problema mucho más grave.

Según el informe, las perspectivas de empleo entre los jóvenes son mejores entre aquellos con más estudios. Halló que las carreras universitarias disminuyen la falta de trabajo en 8 puntos entre los jóvenes de 20 a 24 años, y en 6.7 puntos entre los de 25 a 29 años.

El informe indicó que las jóvenes, por primera vez, tienen más posibilidades que los muchachos de terminar sus estudios de secundaria, superan a los hombres en el acceso a la universidad e incluso están casi igualadas en el acceso a las escuelas vocacionales. La diferencia más pronunciada se dio en Islandia y Portugal, donde el índice de graduadas de secundaria es 20 puntos superior al de los hombres, e incluso más en algunos casos.

Las adolescentes en los países de la OCDE son además más ambiciosas que los muchachos sobre sus carreras futuras: tienen muchas más esperanzas de encontrar trabajo bien remunerado en carreras profesionales de renombre. Pero pocas se sienten atraídas a la ingeniería o la computación, dos áreas que siguen siendo dominadas por los hombres.