WASHINGTON (AP) — La Casa Blanca y la principal líder demócrata en el Congreso dejaron entrever el miércoles que podrían hacer nuevas concesiones en lo que se refiere a impuestos y recortes a programas sociales, ante las difíciles negociaciones que sostienen con los republicanos para evitar el “precipicio fiscal” de fin de año, situación que amenaza con debilitar la economía.

Por su parte, los republicanos, en un número cada vez mayor, han dicho que están dispuestos a ceder terreno, en respaldo al presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, y otros líderes del partido que han expresado su disposición a aceptar un aumento a los impuestos dentro de un acuerdo que también reduzca los programas sociales a fin de someter el déficit federal.

“Iré a donde sea y haré lo que sea necesario para lograr este acuerdo”, dijo el presidente Barack Obama, quien intentaba incrementar la presión a los republicanos para que acepten las condiciones que él pretende: una renovación inmediata de las reducciones fiscales que están por expirar para todos los contribuyentes salvo para los que tienen los ingresos más altos. “Es de suma importancia para Washington resolver este asunto”, declaró.

A pesar de las declaraciones, no había señales de un progreso tangible en torno a un problema que constituye la primera prueba para un gobierno dividido desde las elecciones, en las que Obama obtuvo la reelección y los republicanos renovaron su control en la Cámara de Representantes.

“Llegó la hora de que el presidente y los demócratas asuman con seriedad el problema del gasto que tiene nuestro país”, dijo Boehner en conferencia de prensa en el Capitolio. Boehner, al igual que Obama, expresó optimismo hacia la concertación de un acuerdo.

Durante una reunión a puerta cerrada con sus correligionarios, Boehner afirmó que su negativa a permitir un alza de impuestos tiene solidez política. Difundió una encuesta según la cual la ciudadanía apoya mucho más el cierre de lagunas existentes para incrementar los ingresos fiscales que aumentar los impuestos a quienes ganan más de 250.000 dólares anuales.

Durante la jornada no hubo conversaciones directas entre el gobierno y los legisladores, aunque la Casa Blanca dispuso que el secretario del Tesoro, Tim Geithner, y el principal asesor legislativo Rob Nabors asistan el jueves a diversas sesiones con los líderes en el congreso.

El miércoles, un grupo de directores generales de empresas interesados en la concertación del acuerdo, se reunieron por separado con los principales líderes demócratas y republicanos en la Cámara de Representantes, acompañados de Erskine Bowles, quien fue copresidente de una comisión para el déficit que Obama había nombrado al principio de su periodo de gobierno.

En declaraciones a la prensa antes de una sesión con líderes empresariales, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que las negociaciones deben comenzar en el punto donde las conversaciones sobre el déficit entre Obama y Bohener se interrumpieron hace 18 meses “y partir de ahí para lograr un acuerdo”.