Por Luisa García Pelatti

Las medidas de austeridad contenidas en el Plan Fiscal provocarán una contracción de la economía de alrededor de 10% en los próximos dos años, la reducción de la actividad económica sería mayor a la sufrida en el 2009 (3.8%), la peor hasta la fecha. Los datos los sacó a relucir el economista Juan Lara, durante el Foro Anual de la Industria de Seguros organizado por el Colegio de Contadores Públicos Autorizados (CPA), al tiempo que subrayó que las proyecciones contenidas en el Plan Fiscal son muy optimistas.

En los próximos meses, explica Lara, veremos una estabilización del presupuesto del gobierno y las corporaciones públicas y el inicio del proceso de negociación de la deuda pública. El efecto a corto plazo del programa de austeridad, con recortes de gastos y aumento de los ingresos del Gobierno, será una reducción de la actividad económica.

Se está implantando un programa de austeridad en una economía que lleva una década en depresión, lo que, advierte el economista, va a provocar un periodo “bien duro de recrudecimiento de la recesión”.

El Plan Fiscal propone un esfuerzo de austeridad equivalente al 6% del Producto Bruto (PB), repartido en dos años.Lara llega a esta conclusión teniendo en cuenta la experiencia del Fondo Monetario Internacional (FMI). “La gente del FMI cuando diseña estos programas, por experiencia y conocimiento, saben que la austeridad tiene un efecto multiplicador, que está entre 1.5 y 2”.

Si se utiliza un multiplicador de 2 significa que un programa equivalente al 6% del PB va a provocar una contracción de 12% en el PB. Si se utiliza un multiplicador de 1.5, con un esfuerzo de austeridad de 6%, en dos años la contracción sería de 9%.

Si esos resultados se ajustan por inflación, que en el Plan Fiscal estiman estará entre 1% y 1.5%, estaríamos hablando de una contracción económica en los próximos dos años de alrededor de 10%, es decir caería 5% cada año.

“Para poner esto en perspectiva, en el periodo de depresión de 10 años que llevamos, la contracción más fuerte fue en el 2009. Estamos hablando de dos años más de una contracción parecido a la peor que hemos visto”, explicó Lara. “Es mejor estar preparado”.

Si todo sale bien, se debería haber resuelto el problema del desequilibrio fiscal para el tercer año, en 2020. Pero todo dependerá de cómo se ejecute. “Tenemos un plan fiscal, en mi opinión, razonablemente bien diseñado, pero muchos de estos programas fallan en la ejecución”, opina. “No es nada inusual que un programa de estabilización del FMI arranque y no funcione bien, y tengan que hacer cambios sobre la marcha. Y eso puede pasar por razones ajenas a la voluntad de la autoridad del país”.

¿Y qué podría salir mal? Lara nos da una idea: que se vayan una o dos compañías farmacéuticas que aportan 80% de los casi $2,000 millones de las corporaciones foráneas. “Nos dejaría un boquete de entre $300 millones y $400 millones. Eso puede ocurrir, no está fuera del espacio de lo probable”.

Tal vez pensando en ese riesgo, el Plan Fiscal aprobado por la Junta de Control Fiscal contiene una reserva para contingencias de $600 millones. “A mi no me extrañaría que esté ahí por la Ley 154, por la expectativa de que el dinero de ese arbitrio no se materialice”.

¿Qué más podría salir mal? Puede haber problemas de ejecución, que las cosas no se hagan bien. “Una reforma laboral no es fácil, está sujeta a presiones políticas y muchas cosas pueden hacer que no salga como se diseñó. El proceso puede prolongarse y ser más doloroso”.

Lara dice que se debe aprovechar la crisis para hacer las reformas necesarias (reforma contributiva, laboral, energética, del funcionamiento del gobierno), de lo contrario “vamos a pasar este dolor innecesariamente”. También puede pasar que las cosas no salgan bien porque nos acerquemos al calendario electoral, cuando todo se paraliza”.

Después de todo esto, la recuperación de la economía dependerá del alivio que se consiga en la reestructuración de la deuda. Cuanto menos deuda haya que pagar más se podrá invertir en la recuperación. Y ese decisión la tomarán los jueces en los tribunales.

La recuperación es la parte más difícil, señala el economista, y la estamos dejando para el final. “Poner en marcha una estrategia viable de desarrollo económico no es fácil después de 30 años de depresión”.