Por Luisa García Pelatti

La tasa de participación y la tasa de empleo aumentaron en octubre, al tiempo que disminuyó la tasa de desempleo. Estos resultados son favorables, aunque incluyen el efecto de la emigración que se produjo tras el huracán María, y que se refleja en la Población Civil–las personas de 16 años o más capaces de trabajar– con 52,000 personas menos.

Este aspecto es relevante porque la población civil es el denominador en la fórmula para calcular la tasa de empleo –una medida que nos dice qué proporción de la población que podría estar disponible para trabajar está efectivamente trabajando– y la tasa de participación. Por lo tanto, los aumentos de la tasa de empleo y de la tasa de participación no necesariamente responderían a un mercado laboral más robusto.

El nivel de empleo, según la Encuesta de Empleo Asalariado No Agrícola, aumenta 2.0% respecto al año pasado, cuando los datos se vieron adversamente afectados por el huracán. Con excepción del año pasado, las 853,200 personas empleadas en octubre es la cifra más baja desde 1992. La caída del empleo es una tendencia de largo plazo, en términos anuales, el empleo lleva disminuyendo desde 2006, con la única excepción de 2012.

Por otro lado, la Encuesta del Grupo Trabajador señala un aumento de 3.2% entre octubre de este año y el mismo mes del año pasado, lo que supone 31,000 empleos más. Esta encuesta ha estado mostrando aumentos interanuales en los últimos cinco meses. La subida de septiembre fue la mayor, con 32,000 empleos adicionales. Las 1,005,000 personas empleadas en octubre suponen la cifra más alta desde 2013. Los datos de esta encuesta mostraban caídas interanuales entre 2007 y 2017, con leves subidas en los dos años siguientes.

Analistas de la firma V2A consideran que la diferencia entre los resultados de las dos encuestas significa que los empleados por cuenta propia han sido claves en la recuperación del empleo en los meses pasados.

La tasa de desempleo cayó a 8.0%, la más baja registrada. El número de personas desempleadas cayó hasta 87,000, un número que no se había visto en 46 años. La tasa de participación se situó en 40.3%, la más alta para un mes de octubre desde 2015.

Pero más importante, la tasa de empleo (la proporción de la población disponible para trabajar que está efectivamente trabajando) alcanza el 37.0%, la más alta para un mes de octubre en nueve años.

El grupo trabajador es de 1,092,000 personas, el nivel más bajo en 30 años, con excepción del mes de septiembre del año pasado.

 

¿Por qué los datos son diferentes en las dos encuestas?

El Departamento del Trabajo explica que la información para la Encuesta de Grupo Trabajador se obtiene a través de visitas a una muestra de hogares, mientras que la de Empleo Asalariado No Agrícola se obtiene directamente de las nóminas de establecimientos industriales. La primera cubre personas en todo tipo de empleo asalariado, empleo por cuenta propia y familiares sin paga. Sin embargo, la segunda considera únicamente los empleados en las nóminas de establecimientos no agrícolas.

En la Encuesta de Grupo Trabajador una persona se cuenta una sola vez, independiente al número de trabajos que tenga, no así en la de Empleo Asalariado No Agrícola donde puede ser contado en los establecimientos en que trabaje. La primera estudia el empleo de las personas de 16 años y más dentro de la población civil no institucional. En la segunda, pueden ser contados militares que estén empleados civilmente.

El consenso entre los economistas es que hay que usar la encuesta de establecimientos (Encuesta de Empleo Asalariado No Agrícola) para medir el comportamiento del empleo, porque esta encuesta permite saber en qué sectores aumenta el empleo. La otra encuesta, la de Grupo Trabajador, o conocida también como encuesta de vivienda, se utiliza para generar estadísticas como la tasa de desempleo, tasa de participación y desempleo.