Ignacio Alvarez (foto de archivo)

Por Luisa García Pelatti

Suena a paradoja. Los depósitos de los bancos han aumentado en alrededor de $200 millones después del huracán María, a pesar de que muchas personas perdieron sus empleos, numerosos negocios no han podido restablecer operaciones y los gastos de las familias han aumentado al tener que hacer frente a la adquisición de una planta eléctrica, el combustible y las comidas fuera. Además, están los que se han mudado a Estados Unidos.

La cifra la dio Ignacio Alvarez, presidente y principal oficial de Operaciones de Popular, Inc., durante un foro organizado por la Cámara de Comercio. La explicación está en que los negocios y las personas son ahora más cautelosas con sus gastos, y además han estado unos meses sin pagar agua ni luz y se han beneficiado de las moratorias en los pagos de hipotecas y préstamos. “La gente tiene ahora más dinero que nunca”. Y en cuanto a los que se han mudado a Estados Unidos el ejecutivo dijo que “hasta ahora el puertorriqueño no ha sacado el dinero de los bancos”.

Los puertorriqueños también se están mostrando cautelosos con el uso de sus tarjetas de crédito. Los balances se están manteniendo o están bajando.

En el caso de los negocios, los datos de uso de tarjetas indican que sólo el 50% de los comerciantes están operando, mientras que el volumen de ventas está al 90% de como estaba antes de María. “El negocio que está abierto está ganando”.

Hay una mayor demanda de préstamos comerciales y entre los negocios a los que les va bien después de María están los concesionarios de autos, que tuvieron un mes espectacular en noviembre. A juicio del ejecutivo de Popular, esto significa que la gente “todavía tiene confianza”.

De cara al futuro, “Puerto Rico tiene que cambiar, si no atacamos los problemas fundamentales vamos a estar en el mismo sitio”, dice Alvarez. “Tenemos que sembrar la base para el futuro y no buscar incentivos fundamentales para una industria”. “Tenemos que repensar cómo vemos a Puerto Rico y cómo medidos a Puerto Rico”.

“Vamos a ser un país con menos población, nuestro Producto Interno Bruto (PIB) va ser más pequeño, pero eso ni bueno ni malo. Lo que es importantes es crear una sociedad sostenible, que sea más rica y más justa. Crear un entorno urbano en el que la gente quiera venir y vivir, aunque sea más pequeño”.