Por Luisa García Pelatti
Tras ocho años de crisis económica, las familias siguen sufriendo. Hay un alto nivel de desempleo, una migración significativa, el ingreso mediano se ha estancado y la riqueza de las familias ha caído 22% en los últimos cinco años.
La economista Heidie Calero analiza las implicaciones de la crisis en los hogares en la última edición de Economic Pulse, una publicación de H. Calero Consulting Group.
Dice que “muchos hogares están en el punto donde el efectivo generados por los activos es insuficiente para atender la deuda tomada para adquirir el activo , en particular con respecto a las hipotecas”.
El ingreso mediano de los hogares ha caído de $19,564 en el 2012 a $19,183 en el 2013. Si lo comparamos con el 2005 el ingreso mediano de las familias se ha reducido 13%.
Calero estima que se han destruido riqueza por valor de $39,000 millones. Unos $14,000 millones se perdieron como resultados de la pérdida de valor de las acciones de las compañías de Puerto Rico, principalmente de bancos. Otros $5,500 millones se perdieron en fondos mutuos y a eso hay que añadir la merma de $7,100 millones en activos financieros personales y $12,000 millones en la pérdida de vlor de las propiedades residenciales.
“Esto es lo suficientemente grande como para representar una verdadera amenaza para la estabilidad de la economía de Puerto Rico”, advierte Calero.
Lo peor, señala Calero, es que estos resultados indican que las personas que tienen más de 60 años tendrán que posponer sus planes de retiro; y que los propietarios de viviendas se convertirán en inquilinos, al no poder hacer frente a sus hipotecas.
“Puerto Rico necesita cambiar de una economía basada en el consumo a una basada en productividad y crecimiento. El sistema de beneficencia ofrece a la sociedad una red de seguridad pero no va a resolver nuestros problemas de desempleo y pobreza”, apunta.
La reforma contributiva en la que trabaja el Gobierno ofrece “una gran oportunidad para hacer frente a estas inquietantes tendencias”.