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Por Raoul Slavin* 

Varias voces en la alta jerarquía del gobierno y representantes de la ciudadanía se han dado a la tarea de difundir información estableciendo que la alternativa de fomentar proyectos fotovoltáicos sobre techos es la solución a nuestros problemas energéticos y la panacea que nos ayudará a salir de la crisis energética que enfrentamos. En parte, esta visión contempla que la misma Autoridad de Energía Eléctrica podría ser dueña de paneles solares instalados sobre los techos de residencias privadas.

Aunque los proyectos sobre techos son sumamente beneficiosos y deben ser fomentados, el problema con esa visión no se discute en los medios públicos y que tiene que ver con la matemática real de esta producción. Un metro cuadrado de techo sin sombra puede producir aproximadamente 290 kWh por año(N1). Como punto de referencia, una casa promedio en Puerto Rico consume 9,600 kWh por año.

Esto significa que una casa promedio necesita 32 metros cuadrados (equivalente a 14 espacios de estacionamiento) de techo sin sombra para atender su propio consumo. Hay que recordar que es área de techo limpia y sin sombra; sin aires acondicionados, cisternas, ni antenas de televisión, y contando con el espacio de separación requerido entre las placas.

Al problema del espacio se le suma el que muchas residencias no son viables en absoluto para placas fotovoltaicas, particularmente si están rodeadas por árboles, edificios más altos o tienen techos inadecuadamente inclinados.

Por supuesto, esta opción está descartada para apartamentos y para áreas de alta incidencia criminal.

Edificios industriales y comerciales parecen atractivos por el tamaño de las estructuras, pero hay que recordar que muchos tienen maquinaria en los techos que limita el área para placas solares, y únicamente techos en concreto o de acero fortificado son apropiados para sistemas sobre techo.

Además está el tema del costo, que es sustancialmente más alto para proyectos pequeños caseros que para proyectos a gran escala por razones de economías de escala.(N3) Hay incentivos para aliviar el costo, pero los incentivos disponibles para sistemas solares en los techos son sumamente limitados en comparación a los que existen para la generación de energía renovable a gran escala.

Irónicamente, esto significa que fomentar sistemas sobre techos caseros en lugar de sistemas a grande escala nos compromete a pagar más por la electricidad generada.

Como consecuencia, los sistemas PV sobre techos están destinados a suplir únicamente una pequeña parte del consumo energético de Puerto Rico, y lo harán a un costo elevado (N3).

Para tener una penetración significativa de sistemas renovables en la isla tendremos que incluir proyectos a gran escala. Para su desarrollo estos proyectos requieren áreas de terreno planas y de un tamaño apto para cada proyecto.

Según la Asociación de Productores de Energías Renovables el desarrollo de todos los proyectos propuestos afectaría entre 3% a 4% de las tierras con potencial agrícola (muchas de las que están en desuso o abandono) en Puerto Rico pero nos permitiría tener 20% a 30% de independencia energética.

Algunas voces dicen que no debemos sacrificar la posibilidad de independencia agrícola por la independencia energética. La realidad es que ambas tienen que coexistir y que en tiempos de crisis necesitaremos ambas cosas. La energía renovable no se podrá desarrollar sin sacrificar temporeramente algunos de nuestros terrenos con potencial agrícola. Pero los proyectos de energía renovable se pueden remover al final de sus vidas útiles, permitiendo que se revierta a su uso original de ser necesario.

Los techos solares no son suficiente para solucionar nuestro problema energético. Si no hacemos concesiones y buscamos espacios de convergencia entre los distintos sectores, los únicos que van a ganar serán los productores de petróleo, no el País.

*El autor es director ejecutivo de Aspenall Energies.

Notas:

N1 Asumiendo un panel de 200 vatios

N2 El costo puede exceder $30,000 para un sistema que supla la demanda de una residencia con consumo promedio. Según el Departamento de Energía de los Estados Unidos, durante el 2012 el costo de instalación se sistemas residenciales fue de $5.30 por vatio, y para sistemas a grande escala llegan de $4.00 a $2.50 por vatio. (http://emp.lbl.gov/sites/all/files/lbnl-6350e.pdf)

N3 A la AEE le cuesta aproximadamente $0.18 por kWh producir electricidad. (http://grupocne.org/2013/08/15/la-aee-energia-renovable-y-transparencia/)

Si asumimos que cada vatio cuesta $5.30 y produce 1.440 kilovatio/horas por año (en Puerto Rico el sol promedio es de 5 horas por día; se multiplica por 365 días, y se toman 20% de pérdidas del sistema), su costo, si se fuera a amortizar en su primer año sería $3.68 por kWh, y amortizado sobre 20 años sería $0.185 por kilovatio-hora, asumiendo que no hay ningún costo de mantenimiento, ni degradación de las placas, que en realidad es de 1% por año.

El mismo vatio a grande escala cuesta hasta $2.50 (aunque en Puerto Rico es mas caro debido a los requisitos de interconexión requeridos por la AEE), ósea $1.74 por vatio amortizado en un año y $0.08 por vatio al año 20 (nuevamente, sin contemplar mantenimiento ni degradación, ni tampoco incentivos. En realidad el cálculo es mucho mas complicado ya que incluye costos de mantenimiento y administración).