Por redacción de Sin Comillas

Tras el huracán María, y debido al colapso de la red eléctrica y las comunicaciones, las tarjetas de crédito y de débito se quedaron obsoletas. Todo había que pagarlo en efectivo. Mientras los puertorriqueños hacían largas filas en los cajeros automáticos para conseguir más dinero en efectivo, Richard Carrión, presidente ejecutivo de la junta de directores de Popular, Inc., el principal banco de la Isla, preocupado ante la posibilidad de que las instituciones financieras se quedasen sin billetes, llamó a la Reserva Federal de Nueva York en busca de ayuda. 

Según publica Bloomberg, Carrión, que hasta el 2013 había sido director de la junta del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, llamó a la entidad que preside William Dudley ante la enorme demanda de efectivo. Y el avión llegó.

Carrión e Ignacio Alvarez, principal Oficial Ejecutivo de Banco Popular, se mostraron preocupados por la interrupción de la actividad económica causada por el huracán y ante la posibilidad de que se produzca un éxodo de puertorriqueños hacia los Estados Unidos.