Menos consumo de carne roja, pollo, refrescos, vegetales, frutas y productos lácteos. Ese es uno de los efectos que la crisis económica ha provocado en la industria de alimentos, según revela el estudio “Retrato de la Industria de Alimentos”, preparado por Estudios Técnicos, Inc. para la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA).

El estudio refleja que los hogares, acuciados por la crisis económica, han tenido que hacer ajustes en el gasto en alimentos. Las ventas de alimentos disminuyeron 12.1% entre enero y noviembre de 2010, un descenso de $634.8 millones.

Los hogares siguen gastando la misma proporción de sus ingresos en alimentos, 14.5%, pero tienen que dedicar más recursos al gasto de vivienda -que ha sufrido un alza de 25% a 28%-, y de salud (que creció de 17% a 18%).

El estudio compara el gasto de consumo en alimentos en Puerto Rico y otros países, y encontró que es relativamente bajo respecto a los de países con economía emergentes y superior al de Estados Unidos.

Pero mientras el gastos en supermercados se ha reducido, el gasto en cafeterías y restaurantes ha aumentado (2.5%).

El sombrío panorama se refleja en la percepción de los ejecutivos del sector que se muestran optimistas sobre lo que va a pasar en los próximos tres meses, pero son menos optimistas sobre la situación económica dentro de los próximos 12 meses.

Para el 2011 los desafíos que enfrentará la industria son: reglamentación federal sanitaria más estricta, precios más altos de los productos agrícolas básicos, cambios en el patrón de consumo, consolidaciones y desapariciones de compañías de alimentos, disminución en el consumo de bebidas alcohólicas que plantea la necesidad de una reformulación de la industria, entre otros.