Por José G. García*

En mi última nota titulada la “Resurrección de la Sección 936”, comentaba sobre la gran oportunidad que representa que el Gobierno de Estados Unidos considere a Puerto Rico como alternativa para la relocalización (reshoring) de las empresas productoras de fármacos y equipos médicos en China. A la vez señalaba, la discusión favorable que ha generado los proyectos de legislación presentados en el Congreso de Estados Unidos a fines de restaurar los beneficios contributivos semejantes a los contenidos en la extinta Sección 936 del Código de Rentas Internas Federal.

Durante la pasada semana hemos visto que un equipo de oficiales asignados por el Presidente de los Estados Unidos y dirigidos por el Contralmirante Peter Brown, han visitado a la isla para evaluar de primera mano las operaciones del conglomerado de empresas manufactureras de productos de biofarma y equipos médicos; en varios municipios de la isla. Este equipo pudo constatar que la isla tiene la infraestructura productiva y un ecosistema integrado por 35 empresas de fármacos y 32 empresas de equipos médicos, según el estudio de Invest-PR y JLL. Además, se producen más de 1,000 productos que se exportan a 80 países, siendo Puerto Rico el principal exportador de Estados Unidos. Sin lugar a duda, esta visita ayudará a viabilizar la aprobación de una medida legislativa que contenga los beneficios contributivos para la relocalización de las empresas norteamericanas ubicadas en otros países.

¿Ahora que nos queda ahora por hacer?

Son muchos los pasos que faltan por materializarse para poder encaminar exitosamente esta oportunidad. Uno de los pasos de carácter estratégico, es lograr el consenso entre los sectores económicos, el gobierno y la academia; para mantener una sólida defensa aquella pieza legislativa que pueda integrar un conjunto de beneficios contributivos atractivos para las empresas y garantice un fino balance entre su compromiso fiscal y contribución al desarrollo económico de la isla. Al presente existen varias medidas en el Congreso Federal de los senadores Grassley y Rubio, el Congresista Roy y de Jennifer González, Comisionada Residente. Este último no parece que se ajuste a la realidad y podría terminar como la fracasada Sección 30-A.

Es importante que no volvamos a cometer el error que hicimos en el pasado al convertir la discusión del principal instrumento de desarrollo económico como era la Sección 936, en un asunto ideológico. Esta actitud de nuestros políticos nos costó la pérdida de alrededor de 300,000 empleos directos e indirectos y caer en una depresión económica por catorce años; que finalmente nos llevó a una quiebra fiscal de la cual no hemos podido salir.

Promover la integración interindustrial

Otra lección que debemos de aprender es asegurarnos de que los incentivos contributivos que se provean contribuyan a que las empresas logren eslabonamientos interindustriales. Esto implica que se requiera a las empresas compren localmente los insumos (bienes intermedios y servicios) para generar su producción final. De esta forma podremos crear empleos directos sino los multiplicadores de producción, empleo e ingresos indirectos e inducidos.

En resumen, debemos de continuar los pasos requeridos para volver a disponer de un instrumento fiscal que nos ayude a poner a nuestra economía en la senda del crecimiento económico en el mediano y largo plazo. Los partidos políticos deben incorporar en sus programas de gobierno un compromiso de apoyar la legislación federal que permita la atracción de nuevas empresas norteamericanas. También la sociedad civil debe ser una pieza clave en este esfuerzo como parte de su compromiso patriótico. Solo así la manufactura volverá a ser la luz al final del túnel.

  • El autor es economista y profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras