Por Luisa García Pelatti

La morosidad en los préstamos concedidos por los bancos sigue cayendo, aunque lo hace a un ritmo muy lento. En el cuarto trimestre de 2016, la tasa de morosidad se situó por debajo de 8% por primera vez desde el 2008, según los datos del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC).

La tasa fue de 7.95%. En el 2006, antes de la crisis, la morosidad apenas alcanzaba el 2%. Después, entre los años 2009 y 2012 la tasa de morosidad estuvo por encima del 10% y llegó a superar el 13%, para desde entonces ir cayendo.

El valor total de créditos dudosos disminuyó hasta $1,798 millones, $47.2 millones menos que en el trimestre previo. El valor de los préstamos atrasados llegó a alcanzar los $7,700 millones a finales del 2010.

Las tasas de morosidad más alta siguen estando en las carteras de préstamos de construcción y desarrollo, donde casi dos de cada 10 préstamos están atrasados. La morosidad en estas carteras se ha reducido del 51.21% en el 2015 al 17.07% actual.

Los préstamos de los desarrolladores con atrasos aumentaron en el cuarto trimestre hasta $25.5 millones. En el 2009 esta cifra ascendía a $2,834 millones.

La morosidad en hipotecas se redujo ligeramente en el cuarto trimestre hasta situarse en 10.59%, el nivel más bajo desde el 2008.

La morosidad en las tarjetas de crédito es una de las más bajas, 1.67%.

Por institución financiera, la tasa de morosidad más alta es la de Scotiabank, 21.89%. En hipotecas, la morosidad de esa institución es de 23.25% y en préstamos de construcción y desarrollo (60.90%) es la más alta.

Santander tiene la morosidad más baja, 5.59%, aunque ha estado aumentado y ahora es la más alta de la institución financiera desde el 2013.