Por Luisa García Pelatti

“Francamente no me gusta este Plan, creo que a ninguno de nosotros le gusta”, dijo Ana Matosantos poco antes de votar a favor de certificar el Plan Fiscal del Gobierno y de la Universidad de Puerto Rico. Es el reconocimiento de un fracaso. El Plan no va a lograr reducir el déficit, no va a lograr que la economía crezca de forma sostenida y pone en vigor recortes “muy profundos”, en palabras de Matosantos. Sólo se puede hablar de “algún éxito” en lo que respecta a la reestructurar la deuda, apuntó José Ramón González. “No voy a exagerar lo que hemos conseguido”.

Matosanto explicó que votó a favor de certificar el Plan, pese a no estar de acuerdo, porque considera que no hacerlo sería peor. Señaló que los estimados de los fondos federales que se van a recibir para la recuperación del huracán son muy optimistas, lo que plantea interrogantes sobre el futuro. Dijo que seguirán trabajando, el tiempo que les quede en la Junta, pero se mostró decepcionada con la falta de cooperación del Gobierno.

El representante del Gobierno en la Junta, Christian Sobrino, le respondió a Matosanto que no entiende porque están tan tristes, considera que el Gobierno ha estado colaborando y que hay indicadores de la economía que muestran resultados positivos.

José Ramón González explicó que si algunos indicadores muestran un desarrollo positivo es debido a que no se está pagando de la deuda y a la llegada a fondos de recuperación. La clave, insiste, es lograr un crecimiento económico sostenido a largo plazo. “No seamos demasiado optimistas sobre los resultado en el corto plazo porque no se van a consolidar en el largo plazo a no ser que logremos mejorar la competitividad en el largo  plazo”.

La Junta advirtió que los fondos federales de recuperación de desastres que están llegando ayudan a estimular la economía en el corto plazo, pero no fluyen hacia el presupuesto ni hacia futuros superávits disponibles para el repago de la deuda. En algún punto, el efecto sobre el crecimiento económico producto del estímulo terminará, por lo que la Junta urge al Gobierno de Puerto Rico implementar reformas estructurales profundas para sostener el crecimiento a largo plazo.

Aunque el nuevo Plan Fiscal proyecta un superávit primario hasta el 2033, también proyecta un déficit primario desde el 2034 hasta el 2058 basado en el fin del efecto de estímulo del Fondo Federal de Recuperación de Desastres y la falta de reformas estructurales más amplias y profundas. El déficit estructural a partir de 2034 subraya la importancia de implementar reformas adicionales que generen crecimiento para mejorar el ambiente de negocios, atraer nuevas inversiones, crear empleos y cambiar las desafiantes tendencias económicas y demográficas subyacentes en Puerto Rico. El Plan no incluye la reforma laboral, porque la voluntad política de implementarlas no existe en este momento, señala la Junta.

“Hemos hecho mucho, pero la reforma laboral no es el final del proceso. Si seguimos cortando (gastos) se va a afectar la capacidad del Gobierno para seguir operando”, respondió Sobrino, que anunció que espera someter revisiones al Plan Fiscal certificado.

El gobernador Ricardo Rosselló, comentó en las redes sociales que el Plan certificado “no es un Plan Fiscal y de desarrollo económico, sino un plan de austeridad”.