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Por Luisa García Pelatti

Como un automóvil que está frenando con una sola rueda, así está funcionando la economía de Puerto Rico. “Es lo único que podemos hacer”, explica el economista Juan Lara, ajustes a la política fiscal o un blindaje fiscal, porque no controlamos las otras ruedas, que son la política monetaria y la capacidad de devaluar la moneda. “El blindaje fiscal es esencial para reconstruir esta economía”. Es la única parte de la economía que podemos controlar.

“Estamos frenando con una sola rueda y por eso es importante el blindaje fiscal”, porque, advierte, un incumplimiento en el pago de la deuda sería “entrar en escenario más peligroso de lo que hemos estado viviendo hasta ahora”.

El economista participó en una conferencia en la Universidad de Puerto Rico, titulada “La crisis económica de Puerto Rico: visiones alternas”, en la que también participó Emilio Pantojas, profesor de sociología.

Las medidas de blindaje fiscal son duras y están afectando especialmente a la clase media, pero el profesor de economía considera que son necesarias.

Puerto Rico no puede controlar la política monetaria, que está en manos de Estados Unidos y que, para colmo de males es procíclica, lo que tiene el efecto de empeorar la situación de nuestra economía.

Como no tenemos moneda propia tampoco podemos devaluar la moneda. La devaluación, explica Lara, hubiera sido una medida apropiada en la crisis actual.

Lo que se produce entonces, como ha pasado en Grecia y en España –que tampoco tienen moneda propia–, es una devaluación interna, una contracción de los ingresos reales para restituir la competitividad de la economía. “Puerto Rico lleva muchos años sufriendo una devaluación interna”.

El blindaje fiscal consiste en garantizar que podemos proteger el presupuesto y garantizar la liquidez ante cualquier situación imprevista que se presente.

¿Pero por qué este blindaje fiscal no impidió una segunda degradación, como la que sucedió tras la aprobación de la ley de quiebra de las corporaciones públicas?, cuestionó Pantojas.

Porque el blindaje fiscal todavía no ha ocurrido. “Lo estamos empezando a hacer. Está arrancando”, explicar Lara.

Pantojas también cuestionó por qué no se puedo anticipar que no se lograría alcanzar la meta de recaudos de contribuciones. Lara explica que históricamente, y de forma persistente, el Departamento de Hacienda se ha quedado cortos en sus recaudos, y eso se debe a que la base contributiva se ha venido contrayendo a medida que lo hacía la economía.

Una crisis que se pudo evitar

A veces se habla de que la actual crisis económica era inevitable, pero Lara dice que se podía haber evitado. “Esto no tenía que haber ocurrido. Ocurrió porque lo permitimos. Se puedo haber redirigido el rumbo si se hubieran hecho reformas”.

Hay un serio problema de gobernanza, un problema de gestión pública. Pantojas dice que los gobernantes se han convertido en hombres de negocios que se dedican a dar contratos.

Ya en el 2006, cuando la recesión estaba empezando, Lara había advertido, en una de sus presentaciones, que era necesario resolver pronto los problemas coyunturales (la deuda, la recesión, la clasificación crediticia) para poder atender los problemas estructurales.

El mensaje era que si no se atendía eso rápido y bien no se iba a poder trabajar con los otros problemas, que son los verdaderos problemas: recuperar el crecimiento de la economía, renovar la política industrial y recuperar la convergencia con la economía de Estados Unidos.

En la transición del gobierno de Sila Calderón a Aníbal Acevedo Vila surge la primera evidencia de que había un déficit estructural de $1,300 millones. Era un déficit equivalente al 2% del Producto Nacional Bruto. “Un déficit fiscal manejable”, dice Lara.

“Hay que tener voluntad política para convertir esto en una crisis económica y nosotros lo hicimos”. La deuda pública aumentó un punto porcentual al año.

Pero el déficit público no es la única causa de la crisis, apunta. Hay raíces estructurales y coyunturales, como el shock petrolero.

El precio del petróleo se disparó de $20 el barril en el 2002 a $100 en el 2006. “Esto nada más es suficiente para perpetuar una recesión”.

En el 2008, ya hablaba de darle prioridad a la crisis fiscal. El sistema contributivo no recauda suficiente porque el crecimiento de la economía no se traduce en un aumento equivalente en los ingresos. Se necesita, por lo tanto, una reforma contributiva y cambiar el manejo de la deuda.

Se avecinaba la crisis de las patentes en las farmacéuticas, que se sabía iban a provocar una contracción económica.

Luego los bancos entran en recesión, algo que no había ocurrido antes, y con ello contribuyen a agravar la recesión económica. Ante los problemas de morosidad, falta de rentabilidad, menos activos y depósitos, la banca reacciona restringiendo el crédito. “Creando una congelación crediticia que todavía no ha terminado”. Y esa es otra de las razones por las que la economía no arranca.

Puerto Rico tiene una crisis de deuda. Se ha utilizado deuda para financiar gasto corriente, “y lo hemos hecho de forma persistente durante los últimos años”, mientras la base productiva de la economía se iba erosionando.

“Necesitamos pensar cómo vamos a sacar al país de esta situación. Lamentablemente la agenda es pesadísima. Terrible para cualquier país. Tenemos que estabilizar la economía e implantar un programa de reformas. Eso es lo que estamos tratando de hacer pero no lo hemos logrado”, dice el economista.

“Es una agenda para decir que mejor me voy a trabajar a otro sitio. Pero alguien se tiene que quedar aquí. Este es el proyecto de una generación, los jóvenes, y es una tarea titánica. No hay otra salida. Si estabilizas y no reformas y no reconstruyes, esto se va a quedar igual”

Estabilizar, reformar y reconstruir. Esa es la clave para salir de la depresión. Hay que hacer los tres pasos y hay que hacerlos en la secuencia correcta.

La economía de Puerto Rio ha sufrido un shock petrolero, un descalabro fiscal, casi un colapso del sistema bancario, el estallido de la burbuja inmobiliaria. Son muchas calamidades juntas y un solo problema de fondo: el modelo económico de Puerto Rico ya no funciona.

Según Lara, esta economía se ha quedado en la trampa del ingreso medio. Sólo un puñado de países han logrado pasar del ingreso medio a ingreso alto, entre ellos Singapur y Corea del Sur.

“La segunda transición es mucho más difícil que la primera. Se requiere desarrollar una capacidad endógena de innovación y esa es la verdadera economía del conocimiento, y como decía Julio Cortázar: ahí te quiero ver”.