Por Luisa García Pelatti

Los préstamos se reducen y con ellos disminuye la deuda de los consumidores. La deuda de las familias (no incluye deuda hipotecaria) registró en el año fiscal 2016 un descenso de 1.0% y se situó en $22,388.5 millones, lo que supone una caída de $219 millones, según el Informe Económico al Gobernador que publica la Junta de Planificación. Es la segunda reducción consecutiva y la tercera en los últimos cinco años.

Los créditos destinados al consumo de los hogares están detrás de esta caída. La deuda en préstamos en bancos comerciales disminuyó 7.6%, mientras que la de los préstamos personales pequeños bajó 6.0%.

Los datos muestran que la situación financiera de los consumidores es la mejor en las últimas tres décadas. La deuda de consumo como proporción del ingreso personal –una medida de la situación financiera de los consumidores– disminuyó en año fiscal 2016 a 35.0%. Es el segundo nivel más bajo en 30 años. La cifra llegó a estar en 50% durante 1988 y 1989.

La deuda de los consumidores aumenta en cooperativas locales (1.3%), que con $60.3 millones más, crece hasta $4,687.3 millones, y en cooperativas federales (4.3%). También aumenta la deuda en la Asociación de Empleados del ELA (4.5%).

Sin embargo, se reduce la deuda en fondos públicos de pensiones (-8.1%) y 0.8% en compañías de seguros de vida.

 

Hay que destacar el crecimiento de la deuda de los préstamos estudiantiles, que en el año fiscal 2016 se elevó un 7.1%, lo que supone un incremento de $30.9 millones, hasta $433.8 millones.

Los datos de deuda de los consumidores no incluyen la deuda hipotecaria, que según la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras fue de $22,673 millones en el 2016.