hipo

Por Luisa García Pelatti

Un estudio realizado por Marinés Aponte, profesora del Departamento de Finanzas, Facultad de Administración de Empresas, Universidad de Puerto Rico, encontró que a pesar de los incentivos económicos del Gobierno, el número de hipotecas se ha reducido. Un porcentaje alto de los préstamos hipotecarios son refinanciamientos.

El estudio forma parte del acervo de investigaciones académicas sobre temas financieros de actualidad, un proyecto financiado por la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF), en colaboración entre la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.

Los resultados indican que “un porcentaje importante de los préstamos otorgados a través del periodo se ha otorgado a familias que ya son dueñas del inmueble. No han sido créditos para adquirir la propiedad. Ello puede sugerir que ante las bajas tasas de interés, las familias han estado utilizando el patrimonio de sus hogares para manejar la recesión económica que se atraviesa desde el 2006 ya bien fuera obteniendo liquidez en función del patrimonio, o reduciendo las mensualidades del pago hipotecario,  además de sacar provecho de las implicaciones contributivas”.

Los préstamos convencionales se han reducido, mientras que la de los préstamos FHA han aumentado. Según explica Aponte, “este dato apunta a que en efecto, las propiedades que se estaban moviendo eran las de un valor de $300,000 hacia abajo.”.

El estudio habla de la crisis económica como “una crisis de ingresos” para una parte importante de la población, mientras que el cambio demográfico, “con un envejecimiento de la población y la importante emigración de residentes locales hacia los Estados Unidos son variables que también reducen la demanda de bienes inmuebles a pesar de las condiciones favorables para los compradores en términos de incentivos gubernamentales, precios bajos y bajas tasas de interés”.

“Desde la perspectiva de las instituciones prestamistas, hay que tomar en consideración que los eventos generaron una actitud más conservadora a la hora de evaluar los prestatarios y otorgar los créditos. Se suma a ello la contracción en el mercado bancario local a raíz de la desaparición de tres instituciones en abril de 2010, dos de las cuales tenían una participación importante en el mercado hipotecario”.