aeropuerto

Por Luisa García Pelatti

En días recientes ha crecido la oposición a que la operación del aeropuerto Luis Muñoz Marín caiga en manos de Aerostar Aeropuerto Holdings (Aerostar, el consorcio que obtuvo la subasta el pasado mes de julio. Al parecer, la aprobación de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) podría llegar en los próximos días. SIN COMILLAS entrevistó a Agustín Arellano, principal oficial ejecutivo de Aerostar.

SIN COMILLAS: ¿En qué etapa estamos?

AGUSTIN ARELLANO: Estamos en la etapa final. Se han cumplido todos los plazos tanto de la Autoridad de los Puerto como de Aerostar, con todos los requerimientos que han sido manejados por la FAA, por el Departamento de Transporte de Estados Unidos y la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), estas tres agencias federales son las que están verificando todo el camino que se ha seguido en el proceso. Una vez que se ha hecho esto, nosotros hemos atendido a todas las reuniones, hay una reunión casi semanal o quincenal, podemos asegurar que vamos ya en la parte final.Hay dos o tres pequeños detalles que faltan de enviar información que nos han solicitado, pero pensamos que el récord de la decisión que viene, positivo, obviamente, va a ser dado el día 15 de febrero o el 18 de febrero, algo muy cercano por ahí. Estamos a cuestión de días.

SC: ¿Ustedes piensan que la decisión va a ser positiva?

AG: Así es. El “Record of Decision” es un documento que narra todo el proceso desde el punto de vista de la FAA, que es la agencia federal que regula el proceso. Por lo tanto, va a redactar todos el inicio y la conclusión del proceso y la recomendación final va a ser que se otorgue. Posterior a eso tenemos 10 días hábiles para llevar a cabo el cierre financiero y al mismo tiempo la FAA emite un certificado de operador de aeropuertos para Aerostar para el aeropuerto Luis Muñoz Marín. Hay que aclarar que el contrato de arrendamiento a largo plazo ya está firmado. No se va a firma ninguna otra cosa. Se firmó en el mes de julio del año pasado y ese continua vigente, sujeto a la confirmación de las agencias federales.

SC: ¿Cómo se sienten con la oposición que ha generado el proyecto?

AG: Nosotros seguimos muy positivos, muy interesados y sobre todo muy conscientes de que siendo el aeropuerto una infraestructura esencial para cualquier país, no solo para Puerto Rico, es normal que haya opiniones a favor y opiniones en contra. No tenemos mayor duda que siempre este tipo de transacciones generan oposición y generan a favor muchas opiniones. Por otro lado, lo que es nuestra obligación –conjuntamente con el gobierno– es clarificar, transparentar e informar todo el proceso, para que los más rápido posible, la gente que tenga comentarios de oposición o tenga ideas de oposición –que muchas veces son dadas por falta de información, por falta de claridad o por falta de entendimiento– podamos resolverlas. Aunque la decisión no sea favorable, que entiendan la situación y las causas que generan la transacción también es muy importante.

SC: ¿Algo similar pasó en Cancún o en otro aeropuerto con el que hayan trabajado?

AG: Fueron nueve aeropuerto en ese momento los que se asignaron para el grupo y todos se entregaron en el mismo momento. Había oposición de las uniones, había oposición de grupos ambientalistas, había oposición de grupos que decían que se estaba vendiendo la infraestructura básica para la comunicación. Lo mismo que hemos oído en todas partes. Al final del día, hoy, después de 13 años que eses proceso concluyó se dan cuenta de que tenemos aeropuertos, el mejor de Latinoamérica como el de Cancún. Tenemos aeropuertos modernos, eficientes, que generan ingresos suficientes para mantener la infraestructura y para operarlos. Tenemos la creación de empleos y mejores técnicos mexicanos preparados –uno de ellos está aquí, es parte de ese proceso. Tenemos un equipo que ya es competitivo a nivel mundial, que puede pararse en cualquier parte del mundo y puede decir “yo sé cómo operar aeropuerto y operarlos de forma exitosa”. Yo creo que el resultado final de toda esa experiencia es positiva.

SC: Una de las críticas es al contrato, porque supuestamente no es un contrato que favorezca al pueblo de Puerto Rico.

AG: He escuchado varias críticas al contrato. Voy a dar dos argumentos muy claros. Un contrato de este tipo es un documento complejo. Primero, porque no es una venta. Un contrato de compra-venta es un documento muy fácil. Tu me vendes, yo te compro en tanto y se hace. No es una venta. Segundo, no es una concesión. En una concesión uno tiene el permiso para, de manera independiente, administrar, mantener, operar, remodelar, etc. el aeropuerto, que ésa es la que tenemos nosotros en México D.F. en este momento; y nuestro socio la tiene en el aeropuerto de London City de Londres. Tercero, es un contrato de arrendamiento que, hoy por hoy, jurídicamente, es uno de los contratos más complejos. Porque un contrato de arrendamiento obliga a arrendador y arrendatario a muchos compromisos que se tienen que cumplir. El documento se torna complejo porque hay que asegurar de ambas partes: cómo se va a regular, cómo se va manejar, cómo vamos a verificar, cómo me vas a contribuir el negocio a l . Ese es un documento que, yo creo que por su desconocimiento del documento su conjunto, se expresan de él leyendo sólo párrafos, no leyendo el documento completo. Primero se habla de que el contrato no beneficia a Puerto Rico porque no se toma el valor adecuado del bien. Cuando se valora un bien se valora para venderlo, para negociarlo. En este caso, ni se está vendiendo ni se está negociando. Se está arrendado y lo que único que estamos haciendo es pagar un arrendamiento adelantado –ese es el monto adelantado. Ese es el monto inicial del pago. Y luego, como parte del arrendamiento, estamos diciendo: bueno si tenemos ingresos, vamos a compartir los ingresos. Normalmente, hay ingresos en el aeropuerto, pero hoy por hoy, en la Autoridad de los Puertos trae un déficit de operación y un déficit de crédito al que tiene que hacer frente muy próximamente.

Todo esto parte de premisas que siempre son falsa, por lo tanto, la conclusión es falsa. Partimos de una premisa falsa: que está valorando mal el aeropuerto; claro, p0rque no se está concesionado, sólo se está pagando una renta adelantada. Dos, que el aeropuerto genera ingresos. Sí, pero también costos de operación. Y hoy por hoy, los costos de operación no son los más eficientes ni los mejores. Entendemos que la idea del gobierno –muy bien por cierto– es traer a un operador profesional, eficiente, para que se dedique únicamente a operar el aeropuerto, a mejorarlo, a remodelarlo, a modernizarlo y que, aún así, tenga ganancias adicionales que le permitan dar a Puertos y ser un negocio para todo el mundo.

SC: ¿Cómo compara la transacción que hicieron en Puerto Rico con otras que han hecho para otros aeropuerto?

AG: Yo considero que ésta es una negociación diferente. A pesar de la experiencia que tenemos, no normalmente se hacen o contratos de privatización al 100% –que es la venta del activo– como se hizo en algunos países como Australia o Inglaterra; o la concesión, como se hizo en el caso de México; y otras es el arrendamiento a largo plazo. Este es una estructura muy novedosa que es muy buena porque mantiene permanentemente ligado al gobierno –que sigue siendo dueño de la infraestructura– y al administrador, que sigue participando al dueño de la infraestructura permanentemente de todos los ingresos porcentualmente de los ingresos que genere a lo largo de la concesión. Me parece que es un contrato más avanzado, más perfeccionado y que nos liga todavía más a largo plazo.

SC: A alguna gente le genera suspicacias que venga una compañía extranjera a ganar dinero con algo que es del pueblo de Puerto Rico.

 AG: De eso se trata. No debemos de asustarnos porque alguien gane dinero. Lo que que se gana bien ganado yo creo que a todo el mundo debe motivarnos para hacerlo más y mejor. Lo que venimos hacer aquí es que produzca lo que debe de producir el aeropuerto. Que un bien de infraestructura, que sabemos cómo produce dinero, que sabemos cómo podemos mejorar el ingreso, que sabemos cómo crear mejores empleos, mejores concesiones, mejores ofertas para el pasajero, mejores servicios para las líneas aéreas que son los usuarios principales; pues eso lo que va a traer un incremento en los ingresos. Ahora bien, estos ingresos, como saben y como dicen en contrato, van a ser compartidos con la Autoridad de los Puertos para que se beneficie también el dueño de la propiedad del bien de esta buena administración. Yo creo que es un ganar ganar. Traer a un buen administrador para que produzca mejores ingresos, produciendo mejores ingresos la Autoridad tiene mejores ingresos compartidos con quien lo está administrando. ¿Cuál es el negocio para los que venimos a administrar? Pues que estamos dando un pago de renta adelantado, lo cual te compromete, forzosamente, a operar eficientemente el aeropuerto, para recueprar esa inversión a largo plazo y para tener una ganancia determina durante todo el curso del contrato, que son los 40 años.

SC: Parece que las cosas han cambiado mucho desde que firmaron el contrato en el mes de julio. Varias aerolíneas han anunciado que dejarán de volar desde y hacia Puerto Rico, como por ejemplo Iberia y British, con lo que la Isla pierde el acceso a Europa. 

AG: Nosotros los vemos como un ejemplo claro de la pérdida de competitividad de una infraestructura que está ya mostrando signos de obsolescencia y de falta de nivel competitivo . Por eso mismo, la líneas aéreas, no de ahora sino desde 2007 cuando American Airlines tomó la primera decisión de mover el “Hub” del Caribe a Miami, y luego continuaron otras decisiones más. Estamos viendo que pierde competitividad y lo compara con algo que todos los puertorriqueñ0s conocen que es el aeropuerto de Santo Domingo. Muchos conocíamos el aeropuerto de Santo Domingo hace seis o siete años y lo vemos ahora. Y es curioso que ahora una persona viaja a Santo Domingo para tomar un vuelo directo para otros destinos. Llega allí ve un aeropuerto modernizado, con baños bonito,  con un “hub” que se conoce como el “hub” de Las Américas. Con servicios de primer nivel que poco a poca van a mejorando y van siendo más competitivos. Eso atrae más turismo, más líneas aéreas, más destinos. Eso es lo que precisamente, creo yo, el gobierno de Puerto Rico, viendo la pérdida de competitividad, la falta de interés que algunas líneas aéreas mostraban, la falta de un grupo especializado dentro del gobierno para el manejo y promoción de rutas, etc. No solo de programas que dicen que Puerto Rico lo hace mejor, que eso es comercialización. Si no realmente profesionales para abrir destinos, rutas, crear sinergias con operadores mayoristas de viajes o con cruceros o con hoteles, restaurantes, etc. que requiere de un grupo especializado. es una actividad que se ha hecho altamente especializada. Así es que yo creo que viendo este panorama, y sabiendo que iban a continuar perdiendo competitividad, se inscribieron en el programa de privatización de la FAA para ser considerados un aeropuerto candidato. Y yo creo que, desde mi punto de vista, ha sido una decisión muy acertada por parte del Gobierno de Puerto Rico.

SC: ¿Cuándo van a empezar a ver los usuarios del aeropuerto cambio reales?

AG: Para los usuarios comunes, que es el puertorriqueño local, que viene a visitar familia y amigos, los cambios los va a empezar a ver desde el primer día. Desde el primer día vamos a tener actividad adicional, o digamos no tradicional dentro del aeropuerto. Desde el punto de vista de limpieza, de mantenimiento, de cambios en la señalización que son muy necesario. De pequeños trabajos de reparación de vias de acceso, de reordenamiento de taxis, de reordenamiento de autobuses, de reordenamiento de líneas aéreas, porque las vamos a empezar a mover de un lado a otro, mientras hacemos los trabajos de remodelación. Van a ser tres años, los primeros, muy interesantes, porque todos los cambios que hemos pactado con las líneas aérea se tiene que dar, más o menos, en un promedio de entre dos años ocho meses a tres años y dos meses. Es un periodo de tres años de continuos cambios.