Por Angeles Alvarado

Nos enteramos en estos días del fallecimiento de la periodista Carmen Casellas, en Florida, y víctima de un cáncer voráz y rápido…

Recuerdo mucho a Carmen porque, además de ser buena amiga, fue una excelente compañera periodista de la especialidad menos entendida del periodismo: la de asuntos económicos.

Conocí a Carmen en Caribbean Business, el semanario que ciertamente fue universidad de la mayoría de los periodistas de esta especialidad, gracias a la  visión indiscutible de Manny Casiano.

Carmen traía consigo una gran experiencia en el mundo de las inversiones, los presupuestos, las finanzas, las complejas inversiones, entre otras cosas, porque había sido “Councilwoman” en el estado de Rhode Island, donde había vivido muchos años.

La vida nos puso juntas en varias actividades de nuestro buen oficio.  Coincidimos entre los periodistas escogidos por José Julio Balmaceda, gran editor, para integrar una poderosa sección de Negocios para la última versión de El Mundo, bajo el ala de Don Gaspar Roca.  Carmen estuvo un tiempo con nosotros pero El Nuevo Día la invitó y allí fue a laborar a la Sección de Negocios, donde estuvo muchos años.

Carmen cubrió la industria de la Banca con una excelencia indiscutible. Le ayudaba su mente brillante y su capacidad para captar todos los ángulos complicados de esa industria.  Realizó un gran trabajo durante años y todos lo entendíamos así. Todos la respetábamos.

La especialidad del periodismo de asuntos económicos-lo he dicho antes- no se aprecia, aún por los mismos editores de los periódicos- que prefieren muchas veces colocar con preponderancia notas tontas del mundo social, antes que profundos artículos sobre temas de finanzas y economía, aun cuando haya importantes o críticas noticias de esos temas que merezcan Portada.

Carmen tenía a su favor su experiencia, su mente, y un gran sentido de humor.  Era buena persona. En incontables almuerzos, conversábamos con gusto, aún cuando su filosofía o ideas políticas fueran contrarias a las mías.  Era un placer hablar con esta mujer tan inteligente e intelectualmente respetuosa, de maneras finas y de cultura amplia.

Honor a Carmen.  Será afectuosamente recordada, querida y respetada.