Por Luisa García Pelatti
Es necesario invertir en la eficiencia y capacidad del estado, porque un mejor gobierno se traduce en mayor crecimiento económico, explica el economista Gustavo Bobonis del Centro para una Nueva Economía (CNE).
Bobonis ofreció una conferencia magistral titulada “Gobernanza y Desarrollo: Desafíos y Oportunidades para Puerto Rico” durante la Asamblea de la Asociación de Economistas celebrada el viernes.
“El alto nivel de deterioro de las instituciones es una de las razones por la que Puerto Rico ha fracasado”. Hay grandes redes de clientelismo, corrupción, patronazgo y de cacería de rentas. Existe una gran dependencia de conexiones sociales entre grupos privilegiados, por encima del uso de criterios de mérito en relaciones sociales y económicas.
Para mejorar la calidad de la burocracia es necesario mejorar el reclutamiento de empleados públicos, ya sea a través de una mejor compensación por medio de incentivos financieros o no financieros. La selección de los empleados debe hacerse basado en sus méritos. “El capital humano de la burocracia es crucial para lograr reformas institucionales”, asegura el economista. Además, se debe hacer una mejor supervisión del desempeño de los empleados públicos y mejorar el uso de la tecnología.
Bobonis, que lamentó que “los economistas históricamente hemos prestado poca atención a entender el funcionamiento interno del Estado y los roles de sus funcionarios”, actualmente colabora con la Administración de Desarrollo Socioeconómico de la Familia (ADSEF), CNE, Espacios Abiertos y varias universidades de Estados Unidos en un estudio para promover el empleo formal y el bienestar de los participantes del programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF).
Explica que las sociedades enfrentan presiones constantes hacia el deterioro del aparato estatal. Las personas tienden a identificarse con grupos afines y apoyarse. Estas fuerzas no son contrarrestadas por el liderato político y tienden a desembocar en un estado clientelar. La alternancia de los partidos políticos y el poco tiempo que esperan permanecer en el poder hace que los políticos no inviertan en la capacidad de la burocracia en el largo plazo.
Un estudio, sobre las auditorías municipales de la Oficina del Contralor, analizó la inestabilidad política y la corrupción en los municipios de Puerto Rico entre 1987 y 2006. Encontró que los hallazgos de corrupción se reducen antes de las elecciones o de una auditoría, y, aunque se esperaba que en las elecciones se votara por los alcaldes menos corruptos, eso no fue lo que se encontró. Además, los niveles de corrupción regresaron a los niveles de antes de la auditoría.
Las auditorías oportunas, las que se publican un año antes de las elecciones municipales, sirven como disuasorio para la corrupción a nivel municipal, en el corto plazo. Pero no tienen un efecto persistente sobre los niveles de corrupción, ya que los municipios regresan a los mismos niveles de corrupción que se hubieran encontrado de no haber habido una auditoría oportuna.
El estudio llegó a la conclusión que los municipios que han comenzado a experimentar mayor alternancia del poder local entre los partidos políticos tienden a experimentar niveles de corrupción que son entre 40% y 50% más altos que aquellos que han mantenido mayor estabilidad política.
¿Cómo romper con la corrupción y el pobre desempeño gubernamental?
“El estado clientelar hace más difícil que la ciudadanía logre escapar de la pobreza y la vulnerabilidad”, explica Bobonis. Un gobierno ineficaz no es capaz de proveer los servicios necesarios para promover el desarrollo de la ciudadanía. Las élites políticas, que se han apropiado del estado, mantienen relaciones clientelares (intercambio de beneficios privados a cambio de apoyo político) con los ciudadanos más pobres y vulnerables a los problemas socioeconómicos y ambientales.
Los resultados de un estudio realizado en Brasil, en el que participó Bobonis, le llevan a concluir que es necesario reducir la vulnerabilidad para romper con el clientelismo y promover el funcionamiento democrático. Durante periodos de sequía, los ciudadanos del nordeste de Brasil eran más propensos a declarar su apoyo a políticos a cambio de servicios como agua, medicinas o otros. La intervención de organizaciones no gubernamentales (ONGs) que les proveían de agua disminuyó las solicitudes de la ciudadanía a los políticos y redujo el apoyo al alcalde en el poder.
“Los resultados apuntan a que reducir la vulnerabilidad es crucial para romper con el clientelismo y promover el funcionamiento democrático”, indica Bobonis. En este sentido la colaboración más estrecha entre gobierno, ONGs y la academia es esencial.