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Por Luisa García Pelatti

El Gobierno habría presentado el viernes a sus acreedores un plan en el que habría pedido reducir la deuda en alrededor de 45% en términos agregados, según publica Reuters. La cantidad de la quita de la deuda dependerá del tipo de bono, aseguran las fuentes citadas por la agencia de noticias, y será menor para los bonos de Obligaciones Generales (alrededor de 30%) y COFINA.

Se espera que el Gobierno haga público la propuesta mañana lunes, aseguran algunas fuentes, aunque se ha mostrado muy reacio a compartir información de forma pública y el viernes señaló que “no tenemos planes de negociar los términos de nuestra propuesta públicamente”.

Pero no se trataría de ser más transparentes, sino de lograr que más acreedores participen en las negociaciones sin tener que firmar el acuerdo de confidencialidad.  Hasta ahora la información se ha compartido exclusivamente con los acreedores, que el viernes tuvieron que comprometerse por escrito a no compartir la información ni utilizarla para realizar transacciones en los mercados. Algunos analistas habían advertido desde hace tiempo que los acreedores no estaban dispuestos a firmar el acuerdo de confidencialidad.

El viernes, el Gobernador reveló, en declaraciones escritas, que el Grupo de Trabajo para la Recuperación Económica y sus asesores mantuvieron el viernes seis reuniones con los asesores de los acreedores, que incluyeron a inversionistas puertorriqueños, fondos mutuos, cooperativas, compañías de inversión y aseguradoras. En la información enviada a la prensa no se ofreció información sobre el plan presentado, solo se limitaba a señalar que el plan presentado “es justo, balanceado y refleja la capacidad real del Gobierno para pagar a nuestros acreedores a largo plazo”. Habrá reuniones adicionales en las próximas semanas.

The Wall Street Journal había publicado antes de la reunión del viernes detalles de la propuesta del Gobierno incluía intercambiar la deuda existente por dos tipos nuevos de bonos, pero no hablaba de una quita. Uno de los bonos pagaría una tasa de interés de 5%, mientras que en el caso del otro bono la tasa se determinaría de acuerdo a la salud fiscal del Gobierno. El intercambio de bonos le permitiría al Gobierno aplazar el pago de la deuda para poder implementar su plan de ajuste fiscal. 

Los bonos de primera clase empezarían pagando intereses de 2% en el 2018, llegando a 5% en 2021. Los pagos de los bonos de segunda clase podrían comenzar en 10 años. A los acreedores se les ofrecerá el primer tipo de bono en una cantidad relacionada con el respaldo constitucional de la deuda que posean y recibirán la segunda clase hasta compensar el valor nominal de sus bonos.

El plan habría sido recibido con escepticismo por parte de los acreedores y una de las fuentes citadas por Reuters se habría referido a la propuesta como “poco atractiva” y basada en proyecciones muy optimistas.

El Gobierno presentó este mes la actualización de su Plan de Ajuste Fiscal que busca reducir el déficit de financiamiento de aquí al 2020 de $27,800 millones a $16,100 millones. El Gobierno ha advertido que si no recibe ayuda pronto caerá en ‘default’ otra vez. Ya incumplió el pago de algunas de sus deudas en agosto del año pasado y el 4 de enero de este año.