Agencias

Las empresas estadounidenses experimentaron en abril una espectacular desaceleración en el manejo de sus plantillas laborales por segundo mes consecutivo, una sombría advertencia de que la economía estadounidense sigue siendo extremadamente débil. Y aunque la tasa del desempleo bajó al 8.1%, fue únicamente porque más personas desistieron de encontrar un trabajo.

No es una buena noticia para el presidente Barack Obama, enfrascado en una campaña electoral que le permita obtener un segundo mandato en noviembre, cuando los estadounidenses acudirán a las urnas en medio de un persistente y elevado paro, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial.

El Departamento del Trabajo dijo el viernes que la economía agregó 115,000 empleos en abril, frente a los 154,000 en marzo y una cifra muy inferior a la de comienzos de año.

El desempleo ha bajado un punto desde agosto, a su nivel más bajo en tres años, aunque superior aún al existente cuando Obama llegó a la Casa Blanca. Empero, la contracción del mes pasado no fue debida al crecimiento laboral, ya que el gobierno sólo considera desempleadas a las personas que buscan trabajo, no a las que dejan de hacerlo ante la inutilidad de sus esfuerzos.

En abril, la proporción de adultos que trabajaban o buscaban empleo cayó a su nivel más bajo en más de 30 meses.

El sector privado agregó un promedio de 252,000 empleos desde diciembre hasta fines de febrero. Ese promedio cayó a 135,000 en los dos meses transcurridos desde entonces.

El sombrío panorama laboral avivará los temores sobre un panorama económico incierto, especialmente ante incesante encarecimiento de la gasolina y la caída en el aumento de los ingresos.

El promedio salarial por hora de trabajo subió un centavo en abril, a $23.38. El último año creció un 1.8%, menos que el ritmo de la inflación.

La economía debe crear por lo menos 125,000 empleos mensuales para mantener el ritmo de crecimiento de la población. Y generalmente es necesario el doble de esa suma, de forma consistente, para reducir el desempleo.